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Talleres y hornos cerámicos
tardoantiguos Y altomedievales en el noroeste peninsular:
estructuras y tecnología
LuJS e~ RLOS JUAN TO\AR
Socu:vAD DE [sTUfJIOS DEI A CERÁMICA ANTIGUA E. HISPA. IA
RISL\IL:--.;
En este tr.1b,1jo ;1bordamos una primera aproxiación
a uno de los periodos m;1s desconocidos de
111
., ceram1ca
• . en e1cuadrante
la historia de la prod ucc1on
noroccidental de la península Ibérica, a través de los
primero~ talle!·es descubier~os r sus estructura~ d_e
fabricación mas representativas: los hornos ceram1cos, que re,·elan al menos entre los siglos v y v11-v111
d.C. una notable fidelidad a los conceptos constructivos de época romana, al tiempo que una extraordinaria di,·ersidad en los tipos de sistemas empleados.
Sobre su continuidad o transformación durante los
siguientes siglos altomedie\·ales, el ,·acío de conocimientos sigue siendo absoluto en este vasto territorio.
PALABRAS CLAVE: Cocción cerámica, complejos
artesanales, alfares, técnicas de construcción.
ABSTRACT
A first approach to one of the most obscure periods in the history of pottery production in Northwestern Spain is addressed in this paper. 1t will be
achieved by presenting the first discovered workshops and their most distinctive features. The pottery
kilns show, at least from the 5th to the 7th-8th centuries, a remarkable fidelity to the roman patterns, but
also an extraordinary diversity in the productive systems. A complete knowledge gap persists with regard
to the continuity or transformation of these craftmanship during the following centuries throughout
this vast territory.
KEYWORDS: Pottery firing, crafting workshops, pottery kilns, construction techniques.
El estudio de las producciones cerámicas en el
cuadrante noroccidental de la Península Ibérica,
fabricadas durante el periodo comprendido entre
los siglos v y x d.C., se ha venido realizando tradicionalmente sin el concurso de los centros alfareros y sus medios de producción, ya sea sin contemplar este periodo (p. e. COLL, 2011), o bien
sin incluir el estudio de los hornos, sus estructuras más representativas1, precisamente para estos
territorios (COLL, GARCÍA, 2010; COLL, 2013)
al no existir, hasta ahora, una iniciativa investigadora encaminada a la localización, excavación y
estudio de los talleres que las fabricaron.
Frente al desarrollo de plataformas de im'estigación relacionadas con la arqueología de la arquitectura o de los paisajes agrarios, del campesinado o de las aldeas altomedievales, destaca la
ausencia de una arqueología de la producción altomedieval, que contemple la elaboración de cerámica en el lugar que le corresponde por su incidencia en el registro arqueológico, potenciando
la localización y estudio de los centros de producción al tiempo que se emprende el necesario e·tudio de los talleres metalúrgicos 2 y de vidrio, de
caleras y de cantería, de textiles y madera, etc.
Partimos en consecuencia de un dramatico
vacío de conocimientos acerca de los alfare tardoantiguos y altomedievales y sus medio de trabajo, y de una escasa base de estudio especifico
sobre esta materia para este periodo y territorios,
lo que obliga a emprender este trabajo de de la
pro1 Para todo lo relacionado con estas estruct~ セ@
cesos que conlleva la cocción cerámica. se puede consultar la
imprescindible obra de Cuomo di Caprio (2007 483-56.5)
2 Casos que ataAen a nuestro periodo, con hornos metalúrgicos, podemos encontrar por e1emplo en Salas et ,.¡;;
(2014)
3-10
--
LUISCARI OS ILA TOVAR
------ --- セ@
perspectiva de un primer estado de la cuestión,
forzosamente conciso en ... u exhaustividad por la
reducida extensión disponible para desarrollarlo,
セ@ abocados a señalar las necesanas líneas de actuacion que deberían emprenderse en el futuro,
si queremos obtener un imagen contextualizada
) articulada, , no meramente instrumental de las
producciones de este largo espacio temporal.
Esta carencia, es además mucho mas acusada
en este periodo que en los inmediatos anterior y
posterior - Bajo Imperio romano y Plena y Ba¡a
Edad i\-ledia-, en particular en la zona de estudio, lo que provoca una especie de bache en la
comprensión del discurso histórico correspondiente, que intenta ser sahado mediante propuestas necesariamente fragmentadas y confusas
de los productos cerámicos , su comercio, de las
características de su produccion y difusion, una
visión frecuentemente instrumental v ceñida a
los puntos de consumo y no confrontada con los
de su fabricación. Esto provoca inevitablemente
una percepción deformada de este valioso elemento de estudio.
Ello ha conducido, entre otras muchas consecuencias, a que las cronologías atribuidas a estas
producciones sean con frecuencia poco precisas,
ya que hablamos siempre de productos amortizados, a veces tras largos periodos de uso, dataciones
que a veces abarcan más de un siglo, especialmente
a partir del siglo vm, ya que las últimas investigaciones realizadas sobre las producciones del siglo v (JUAN TOVAR, BLA.i"\JCO, 1997; JUAN TOVAR, 2012a y 2012b; JUA,"-J TOVAR et alii, 2012;
\'!GIL-ESCALERA, 2013, etc.) y entre las de los siglo VI y vn (VIGIL-ESCALERA, 1999, 2000, 2003,
2006, 2007 y 2008), comienzan a permitir trabajar, al menos en ciertas zonas, con cronologías más
ajustadas y una mayor concreción de los contextos
económicos y sociales, aunque incluso aquí sigamos asistiendo a una notable carencia de información sobre centros de producción.
Otra de las consecuencias es que la disminución de los intercambios económicos y su realización a menores distancias, estimados durante
este largo periodo, llevan a prejuzgar la dimensión de la actividad y distribución del comercio
cerámico y por tanto la difusión de los diferentes
centros alfareros e incluso la diversidad formal
de las familias cerámicas, considerada frecuentemente como limitada, como si este calificativo
implicara alguna dimensión específica. Es por
ello preciso comenzar a conocer los alfares y los
_
medios de producción empleados, para en pr'.z;i
a sentar las bases, entre otras, de una ge<,ce e ,,
logía; que pcrmi ta relacionar productos y puntos de consumo con talleres de fabricaciór, y así
comprender mejor la realidad económica de estos productos y del medio en que se desenvuelven en cada momento.
LOS ANTECEDENTES: LA INDUSTRIA
CERAMICA EN ÉPOCA TARDORROMANA
(SIGLOS IV-V)
Tras el relativo paréntesis productivo que supuso para las industrias cerámicas peninsulares
el s. m, a lo largo del siglo IV y hasta comienzos
del siglo v la producción cerámica en general y
la de cerámicas finas del tipo terra sigillata en especial, conocen un desarrollo extraordinario, con
la denominada terra sigillata hispánica tardía
(TSHT), como reflejo y paradigma de un periodo
de transformación y bonanza económica y de
unos sistemas de producción y comercialización
que, aunque ya diferentes de los imperantes hasta
el siglo m, denotan todavía complejos procesos
económicos, organizativos, productivos y tecnológicos. Sus centros de fabricación (PÉREZ, 2014)
se encuentran repartidos por un amplia geografía que abarca desde la zona riojana del valle del
Ebro al norte, hasta el valle del Tajo central al
sur. En el valle del Duero sobresale la zona burgalesa del rio Arlanza, incluyendo el taller más meridional de Clunia, el territorio leonés de Astorga,
en el que se presupone la producción de una importante variedad gris de la TSHT, el presunto alfar zamorano de Villanueva de Azoague o el taller
soriano de Tiermes. En cuanto al valle del Tajo
los últimos hallazgos de Cubas de la Sagra (Madrid) parecen apuntar la presencia de centros en
esta zona (SANGUINO, OÑATE, 2010). o obstante, pocos de estos yacimientos aportan información sobre hornos, en La Rioja solo los alfare
de La Albergueria, El Quemao y Salceda en Tricío y el de Sobrevilla en Badarán ofrecen noticias
sobre la presencia de hornos, por lo general e casamente documentados y en el valle del Duero en
el alfar de El Cantarillón en Mambrilla de Lara.
Burgos (PÉREZ, 2014).
3
Un primer acercamiento a este tema en Juan Tovar
(2013).
I IGUOS \ Al TO\IFDI
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f\ALEHN EL. OROFSTf.PfNI SL,
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--- 341
R
De todo aquel vasto conjunto de fábricas dedicadas a la produccion de TSHT, como vemos
mu)' pocas de ellas _e~t_udia~as y ninguna en profundidad, resulta .difictl senalar aquellas que pudieron estar activas durante el siglo v. Pérez
(2014) no se pronuncia sobre cuales considera
vigentes en este siglo y solo a traves de los materiales de algunas de ellas podemos intentar de
<lucirlo. Por ello es muy probable que de aquellas
de las que temamo indicios de producción en el
siglo I\ • muchas pudieran estar activas al menos
durante el primer cuarto del siguiente siglo. Más
comple¡o e discernir, y este no sena el marco
adecuado para hacerlo, cuántas sobreviven durante el segundo cuarto de este siglo o, aún más,
tra pasan la mitad de la centuria, aunque aquí lógicamente las cifras se \'enan drásticamente re-
tnos cuadrangul ares4• generalmente de planta rccd:nfu Iar, ~otados de un sistema de sustentación
tes 1:tarnlla c~mpuesto por dos o más soporerales O ptlae, que bien bajo forma de diferendt~s sistemas de muretes enfrentados o unidos
me 1ante
. ar cos cump Ien la función de aguan-·
tar parrilla y ca rga ceramica,
, . ademas
, de repartir
e1 calor
. de manera
. . en _la c'amara d e combust1on
equ1hbrada'
.
' s1· b'ien con unas d'1mens1ones
.
,. unas
caltdades conSt rucfr.as algo diferentes de ·las de
momentos anteriores.
Varios son los centros que hoy conocemos todos ellos con actividad en la primera mitad del siglo v. De sur a norte:
ducidas.
Pero el elenco de industrias no se limita a estas cerámicas fina , otro tipo de talleres a menudo dedicados a diferentes productos, entre los
que sobresalen los materiales cerámicos de construcción (en adelante ~1CCJ, resultado del auge
constructivo que conoce el medio rural con el
desarrollo de las grandes villas latifundistas, salpican todo el territorio durante el siglo I\. Entre los numerosos talleres conocidos cabe señalar complejos como el de Lora.nea (Fuenlabrada,
Madrid), que perdura hasta comienzos del si
glo v y en el que varios hornos ded1c.ados a la
producción de cal, parecen tener una doble f un cionalidad como caleras )' hornos de cocción de
MCC como veremos a continuación (JUAN TOVAR et alii, 2013: 422-427); posiblemente los
cinco hornos asociados a la fase tardorromana
de la Ermita de Santiago (Valdemoro, Madrid)
(JUAN TOVAR et alii, 2013: 427-428), el complejo de larga perduración de La Venta del Gayo
en Cayés (Llanera, Asturias) (REQUEJO, 2013:
310-361) u otros menores como el taller de Dehesa de la Torrecilla (Cespedosa de Tormes,
Salamanca) (BENET, GARCIA, 1989; BENET,
SANTONJA, 1990, o el de Villa.manta (Madrid)
(ZARZALEJOS PRIETO, 2002). También hay
que recordar complejos urbanos tan importan·
tes como los de Lucus Augusti, que abordaremos
COORDENADAS UTM:
a continuación.
Las características conocidas de las pocos hornos asignables con certeza al siglo v, repiten con
frecuencia un mismo esquema típicamente rotaano, como no podía ser de otra manera: hor·
CAMINO DE SANTA JUANA
(CUBAS DE LA SAGRA, MADRID).
428951/4448973
Este yacimiento encierra uno de los mayores
centros de producción tardorromanos conocidos, con un total de diez hornos y diversas instalaciones auxiliares: talleres, cubetas, secaderos,
etc. Todos los hornos excavados, tres en su totalidad y otros dos parcialmente, presentan las características reseñadas y podrían ser adscritos a
este periodo y más concretamente situados entre finales del siglo 1v y la primera mitad del siglo v d.C. o al menos en su primer cuarto. Cua
tro de ellos fueron ya publicados (JUAN TO\'AR
et alii, 2013: 428-430, fig. 6), el quinto, exca,ado
con posterioridad, una estructura rectangular
1 Conocemos en estos territorios algunos casüs de hür·
nos de planta circular, por lo general dedicados a l.l tabn
cación de materiales cerámicos de construcción ( \l(C), lt'
chados en el siglo 1v, como es el caso del horno p;1lt'ntilll) dt'
Relea (JUAN TO\' AR, PERFI GO:--:LüE7. L<l8<l), ) t,unbién en talleres de TSHT como el de El Cmtarillon (:\L.1111•
brillas de Lara, Burgos) (PtREZ. 201 l: 18. fig. 7). Igu,1linc11tt'
podría pertenecer ,1 l'Slt' pt'nodo d horno 3 <''\C,n .,clo l'n
la \ 'enta del Gallo. en C1n's (Ll.1m'r;1, Astut i.b), fot m,ll\d11
parte de un import,111tt' romplt'Jº .111,m'ro dt' l.lr~,1 pc11.lur,1
ción (R[QUEJO, 2013' 321 .m).
s Algunos hornos l'n l.1 zon,1 ck ,\t.1dri,I. d.1t.1bk, P''.''
blenwnll' en ta, postnmt'I 1,is tkl siglo 1,, Jt111t11 ,1 ,·,t,· tipo
de soporte dl' n1url'tt'S t•nÍH'nt.1d11s prt'st•nt,1n u11.1 , .1n.1cwn
consistente en ,itu,1r un murl'l<' .1 t•i,• tlUt' .lrra1KJt1dt) d,• l.i
ared del tondo aporta un.1 m.1y11r t·st.1b11iJad J la p.irnll.l
i)UAN TO\'AR et a/11, :lllU: lH iig. .?.), quiZJ rt~·uerdo de
los grandes muros div1Sl1rios qut• t•n l'poca altounpl'rtal ,1r
ticulaban las ra111J1 as de toet·11m en dos rt'clllt~s paraldos,
que permithin mayores parrillJs, mayor estabilidad de sus·
tentación para la estrudura y ma) or tapacidad de carga.
.142
lllSCAJllOSJlAN JOVAR
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que prl' cnta un.is dinwnsioncs lot,dcs cil' 2 ll1 ele
largo por 1,30 111 <ll· ,111cho, pcrm,uwcc inédito.
[stl' amplio complejo se dedid> a la producción
de ccr:imicas rnmunes, MCC y existen indicios
de producci<'> n de TSI IT (SANGUINO, ONATJ:,
2010).
LORANCA (FUI:NI.ABRADA, MADRW).
COORDENADAS UTM: 43'1389J,l,157630
Todos los hornos de este yacimiento f ucron
ya objeto de un estudio (JUAN TOV AR el alíi,
2013: 422-427), pero al menos tres de ellos de ca
racterísticas mU\ peculiares estuvieron en funcionamiento hasta un momento indeterminado
de la primera mitad del siglo v, son los hornos C-85200, de planta subcircular en forma
de omega (JUAN TOVAR et alii, 2013: 424),
C-82200 de planta ovalada (JUAN TOV AR et
alii, 2013: 424-425) y C-59700 de planta circular
(JUAN TOVAR et alii, 2013: 426), posiblemente
utilizados en una función mixta como caleras y
hornos cerámicos.
CARRATEJERA (NAVALMANZANO, SEGOVIA).
COORDENADAS UTM: 393303/4563440
De este taller sólo se conoce un horno de
planta rectangular, con unos 3 m de largo por
2 m de ancho, lamentablemente muy arrasado,
con un tipo de soporte cuyos indicios apuntan al habitual sistema de muretes, sin posibilidad de mayor precisión (MARCOS et alii, 2010:
383-385). La estructura ofreció una datación
por termoluminiscencia para su última hornada
de 265 ± 139 A.D. (126-404 d.C.) que los autores sitúan en esta última fecha (MARCOS et alii,
2010: 389). 1':o se le ha podido asociar ninguna
producción.
LAS LAGUNILI.AS
(ALDEAMAYOR DE SAN MARTÍN, VAI.LADOI.ID).
COORDENADAS UTM:
:362940/4596415
Similar conservación presentan los hornos
de Las Lagunillas (CENTENO et a/ii, 2013: 33,
fíg. 2), dos estructuras de planta rectangular con
las paredes forradas de adobes, datadas en la pri
mera mitad del siglo v, aunque muy arrasadas y
por tanto insuficientes para un análisis en pro
funclidad, apuntan ca rae terísttcas comune , i
bien con ciertas difc·rcncias, respecto a los mode
los precedentes. Por C'jcmplo, el horno de la LlE
735 (fig. 12.1 izq.) de unas dimensiones de 3,70 m
ele longitud total por 1,30 m de anchura, presenta
una cámara de combustión desproporcionadamente estrecha para su longitud: 2,60 m, en la
que apenas quedan restos del sistema de soporte
de la parrilla, por lo que sólo podemos aventurar
que sería el tradicional de muretes laterales, posiblemente construido con adobes ahora de aparecidos.
El segundo horno, UE 738 (fig. 12.1, dcha.),
aun en peor estado ya que ha perdido más de la
mitad de la estructura incluyendo el praejurnium,
muestra con algo más de claridad un sistema de
muretes laterales como soporte, quizá -al menos en su parte inferior- tallado en el propio terreno, otra peculiaridad no muy frecuente pero
ya conocida entre los hornos de época romana,
que volvemos a ver empleada en época visigoda
(JUAN TOVAR et alii, 2013: 431). En el interior
del primer horno se encontró un amasijo de imbrices deformados por exceso de cocción, lo que
explicaría la estrechez de la cámara de combustión y consecuentemente la de cocción situada
sobre ella, ya que el constructor del horno, al tener que pensar en una carga de tanto peso como
los MCC, opto por reducir la anchura de las cámaras para evitar un colapso de la estructura
por sobrecarga, lo que por otra parte nos sugiere
que debió emplear un sistema de muretes simples adosados a las paredes laterales para sustentar parrilla y carga, sin arco alguno que salvara el
vano y reforzara la sustentación.
VILLAFILAR (ClSNEROS, PALENCIA) (fig. 12.2).
COORDENADAS UTM: 34-l-6-!7;"1-678099
Del mayor interés son las t'structura halla
das en este taller. El horno dt' planta cuadrangu
lar, de unas dinwnsiont's tot,tles con ervada de
3,52 x 2.48 m, rnn soportt• de murete lateral
apoyados sobrt.• un banco corrido, al parecer ta
liado en el terreno (fig. 12.2, uperior) fue em
picado en la produ( cion de l
.
Este horno aparece integrado al fondo de una
gran nave rectangular de 24,5 x 7,8 m, claramentll
vinculada a las tareas de fabricación y ahnaanlje
de los productos elaborados en este taller.
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Figura 12.1. Hornos de Las Lagunillas-UE 735 (Izquierda} UE 738 (derect1a) (Aldeamuyor de San Ma,tln. V,1lk1dohd) \lotos y d1bu¡os d
Aratlkos Arqueólogos)
poner de un edificio de eslas dimensiones vt•ndría
dado también por la necesidad de Lener un luµar
que permitiera trabajar durante todo el ar'lo, quP
sirviera no solo como obrador y almacén, sino
bajo el que poder secar tegulas, imbrkcs y late
n·s a resguardo th'l sol din.•l'tti \'l'ranÍl'go t¡lll' rt'squelm\¡aría las pit•ias nm mrn tkshklr,\tal'iun de
masiado r,ipida, y dt• los fr1os y lwl,Hfas invt•rnalt•s
que impt•dirían su st•rado, 1,) t¡lll' p,m.•rc indkarnos una nrtividad continuada parn t•sta indus-
44
-·
F"igira
12.2. Horno (arriba) y taller (abajo) de Villafilar (Cisneros, Palencia) (dibujos y foto de Strato, S.L.)
tria y quizá una posible difusión de sus productos
más allá de lo estrictamente local.
Una muestra tomada del praefurnium, ha
dado una fecha por termoluminiscencia para la
última cocción del horno de 1603 ± 109 años B.P.
(298-516 d.C.), lo que según los autores depararía
un datación equivalente a 4.07 d.C., en línea con
lo que testimonian los materiales recuperados
(STRATO, 2010).
Lucu& AuGUSTI (LUGO) (fig. 12.3).
CooRDENADAS UTM: 617581/4763121
Dll .-c:oajunto de talleres urbanos localiza•
.... - , • la apbl d,I co,n,,ntu, luunsis
__r_.._,
,._ ,.... w,,r titado activo•
del primer cuarto
dín de San Roque emplazado en plena necrópolis tardía y dedicado a la fabricación de cerámica
común (ALCORTA, 2001: 429-433), una estructura cuadrada de una dimensiones totales cercanas a los 3 x 3 m y una cámara de combustión de
1,80 m de ancho por casi 2 m de largo, horno que
presenta numerosas semejanzas estructurales con
hornos mucho más tardíos como el horno 2 de
Illescas, según veremos más tarde.
Además de estos talleres al menos otros aatro funcionaron en momentos seguramente
avanzados del siglo v o incluso postenons.
que las cronologías no han podido
todavía con precisión por encon
teriales pendientes de estudio. por
preferido incluirlos entre l
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n•r.tmi,-.,s imitadon dt· s1,~1llt1t,1 (l'IS), urntit•n
z,u\ a sustituir panbt irnH\ll'l\h' ,t bs pwdu, do1w,
finas dt' nwsa. l'll l'Sp1•ci.1\ .1 ht TSI l r. .t nwdid.1
l\lll' 1.•st,1s v,1n 1'l\l\\l'l'l'Ít'l\1hist· ,·n los 11\l'l'l .idos, ,1\
tit•mp1) llllt' van ,tdquiril'ndt) l.',U\lCtt·rístic\1, tu:
nk,\s ,. h\l'ln,tks qtll' hts ,1st'nwi,ll\ .1 h1s 1.·01wl.'i1.bs
lHI\O · n•r,1mi1·.is romtuws. l'sk ht•1. ho , ic1ll' dt•
tt•rmin.1do, sin dud,t. ptw l,1 p.1uh1tin,1 dt•sap.ui
1·1111s11k1,1hks. rP11111 ,·~ 1•1 1 ,1s11 1k
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lUIS C AIU.OS JUAN TOVA R
34-6
---------------------
1
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3
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Figura 12.3. Hornos tardlos de Lucus Augustl (fotos de Enrique González Fernández. Francisco Herves Raigoso y Covadonga Carreñ<>
Gascón)
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(SICil.OS \ J \'I 1)
Contra lo qu<.• se ha venido sosteniendo hasta
ft·chas muy recientes las senes cc·rámicas roma
nas dd tipo tcrm sí~1/lata, no perviven hasta el siglo \'I m,b que con carácter residual, incluso no
tenemos constancia clara de que aquellas imitaciones (CIS) que las fueron sustituyendo durante
el siglo v, llegasen a adentrarse en la sexta centuria, al menos con las características tanto formales como muy especialmente decorativas que
las caracterizan (JUAN TOVAR, 2012a). f:Jlo no
significa que exista una ruptura con la tradición
formal romana, antes bien el repertorio que se fabrica al menos a lo largo de los siglos v, y v11, es
netamente deudor de la tradición tardorromana,
aunque durante todo el periodo visigodo veremos
desaparecer algunas formas y surgir otras nuevas
que parecen irse alejando paulatinamente de la
tradición clásica.
Hasta fechas muy recientes apenas se tenían
noticias de la existencia de talleres cerámicos de
eata época en el territorio en estudio, sólo en los
éltimos años hemos empezado a conocer algunas
Industrias con sus respectivos hornos, que nos
VIII permitiendo observar, aunque todavía muy
llllnariamente, ciertas características de unas Y
-... Estos talleres se encuentran situados en
proyincias de Palencia, Segovia, Madrid y Toet decir en la zona centro-sur del cuadrante
ental peninsular, siendo la provincia de
la que ha aportado más testimonios hasta
to (JUAN TOVAR et alii, 2013),y aun
/,a Carrr-ra /1 (8oto r/P. Cerrato) (fig. 12.4).
Coordrmada s ll'f'M: -J80·182/4M15/4
S()br<· los d<i <; h,,rnos u,nr,cido,; en este compl('j() artt·sanal se: ha publkad<1 una primera noticia (Cf:NTF'. NO el alii, 2012), que ahora podemos
ampliar incorporando a este estudio las plantas
de las estructuras. A este trabajo, cabe añadir algunas apreciaciones basadas en la semejanza de
ambos hornos, y en especial del horno 2, con lo
encontrados en el yacimiento de La Recomba
(Leganés), C-3137 y C-3245 (JUAN TOVAR et
alii, 2013: 431-432, fig. 7) ya que en ambos caso
nos encontramos con estructuras de forma subcircular dotadas de parrilla con sustentación alveolar, un tipo de horno muy característico del
mundo prerromano y altoimperíal, pero del que
no se tenía noticia en época tardorromana ni , isigoda, si exceptuamos el horno en forma de «roseta» de La Salceda (Tricio, La Ríoja) datado en el
siglo 1v d.C. (PÉREZ, 2014: 6, fig. 2).
Ambos hornos palentinos fueron datado, mi•
cialmente en el siglo v11, pero el estudio detallado
de los materiales cerámicos asouados paree
arrojar una cronología más antigua. ,n'm por pre•
cisar, pero en ningún caso anterior ., la , egund.1
mitad del siglo V 7.
Además de estos do, hornos e encontraron
dos cubetas con las pan•dt•:- ntbt>fartada.,, quiza
resto de otros dos horno, ', ll) más importante,
varias cubt'tas utiliuda,, como los prop10s hor
nos, como tt•st.trt' , l on .1bundantes desechos e
rámicos producto de la actividad del taller que
encuentr,u1 t.•n fase de estud10, he ho poco fre-
Se ún lOll\llllicación pen,onal de Inés Centeno. a
quien. a:radecemos la observauón y lo dibujos de los
hornos.
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Figura 12.4. Hornos 1 (arriba) y 2 (abajo) de La Carrera 11 (Soto de Cerrato, Palencia) (Fotos y dibujos de Arat.Jkos Arqueólogos)
cuente en la mayoría de las industrias alfareras
conocidas de esta época.
TALLERES EN LA PROVINCIA DE SEGOVIA
la Mata del Palomar (Nieva) (fig. 12.5).
Coordenadas UTM: 380660/4555700
La zona alfarera descubierta en este yacimiento,
es hasta la fecha la más exlensa conocida en este
periodo, compuesta por un conjunlo de diez hornos (STRA TO, 2013b: 145-14,7), nueve de ellos
circulares, excavados en el subslrato gt•ológico,
muy rudimentarios, lipo hornera y l'l décimo de
corte tardoimperial, todos ellos al pan•ct.•r destina
dos a la cocción de cerámica o de MCC, >'ª CJUt' no
se han encontrado testares que lo acrediten.
Los hornos presentan una disposición lhwal
y formando parte del complejo destaca un paramento de esquistos de 20 m de longitud y 0,85 m
de anchura correspondiente a un posible cobertizo
de trabajo o almacén, que nos recuerda al que hemos visto en el taller de Villa.filar, así como una
baña rectangular con muro de tapial de 4.1
5 m.
El horno, de corte romano. denominado
tructura LVI, es una construcción de planta
rectangular en la que en uno de lo, l.atera e
conserva en mejor estado p~ute del ,L t ma de
soporte, consistente en cuatro pila le, nta a_
con adobes y ladrillos. Fn d lad ) d re h de la
cámara se conset'\'a un.t pt.'qut•ñ.1 1,ute d la p.i
rrilla, tambit'n dt' ínspit" ilm wmana· la base
taba n•alizad.1 um 1.-tdrill i.... '-'uadrad de un
17 cm dt bel() trab,l<lllS l<m m lrtero d al
an'ml. sohn l.t '-lllt' sr l llll1l ,l una apa de ado
hes. El l unjunto tit'tW unos 20 ·m de grosor. E ta
cotll·t•pl ion l onstrnrt i\ ,l ) del espacio d tinado
" camurn dl l:ombw,tion · del 1 tema de soporte
de la parrilla/carga. tan típica de la época romana.
pone de manifiesto, una vez más, la larga perdu·
radón de este sistema de fabricación polivalente.
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Figura 12.5. Horno rectangular de La Mata del Palomar (Nieva, Segovia) (Fotos y dibujo de Strato, S.L.)
ya que permite tanto la cocción de MCC como de
cerámica de cualquier tipo, aun siglos después de
su invención, bien es cierto que ya sin la cuidada
calidad técnica de construcción que exhibían los
hornos altoimperiales e incluso los de época tardorromana.
La datación obtenida por termoluminiscencia
sitúa el momento de amortización de este horno,
en consonancia con los materiales aparecidos, entre la segunda mitad del siglo VII y la primera mitad del vm d.C. (STRA TO, 20136: 200-202), por
lo que se trataría de uno de los ejemplos más modernos constatados en nuestra zona de estudio.
TALLERES EN LA PROVINCIA DE MADRID
Cerro de San Babilés (Boadilla del Monte)
{lnéd,jto). Coordenadas UTM: 424902/4471366
Tenemos noticia de la excavación en 2007,
lll el entorno de este cerro, por la empresa Ar-
gea Consultores, S.L., de un horno cuadrado de
supuesta cronología visigoda. No hemos podido
tener confirmación de este extremo, ni mayores
detalles sobre las características del horno y su
posible producción.
Buzanca 2 {Ciempozuelos).
Coordenadas UTM: 446421/ 4447394
Un horno circular de 2,5 m de diámetro, de
una sola cámara, tipo hornera, pero con cierre
de mampostería y posiblemente relacionado con
la producción de cerámica ha sido publicado recientemente en este yacimiento (JUAN TOVAR
et alíi, 2013: 433). Su semejanza con hornos domésticos de este mismo periodo es apreciable,
sin embargo en todos los casos se trata de estructuras claramente asociadas a fondos de cabaña,
sin cierre de mampostería y de dimensiones sustancialmente menores como las estudiadas en
La Huelga (Barajas, Madrid) (VIGIL-ESCALERA,
350
LlJI~ CA l!I 05 JUAN IOVAR
Figura 12.6. Horno cuadrangular del SAU 9 de Griñón (Madrid) (Fotos de Tea Arqueólogos, S.L.)
2012: 173-174), El Pelicano P02 (Arroyomolinos,
Madrid) (VIGIL-ESCALERA, 2012: 174-176) o
los conjuntos de Gozquez (S. Martín de la Vega,
Madrid) (VIGIL-ESCALERA, 2012: 176- 177), todos ellos asociados a posibles tahonas o actividades de naturaleza semejante (VIGIL-ESCALERA,
2012: 178-179). No obstante en nuestra opinión
no debería descartarse una posible multifuncionalidad en la que se podría encontrar representada la cocción de cerámica doméstica, para uso
de la unidad familiar, del tipo de las elaboradas a
mano, sin finalidad comercial, tan conocidas en
esta época.
Este tipo de estructura rudimentaria, de simplísima construcción, pero muy eficaz para la
cocción de cerámicas utilitarias y de uso cotidiano, es una de las primeras concebidas para
esta función desde los iniciales balbuceos de la
La Cuadrá (Colmenar de Oreja).
Coordenadas UTM: 456419/ 4433800
alfarería, hasta nuestros días, por lo que no debe
extrañarnos encontrarla durante este periodo
histórico, en el que los sistemas de cocción se
simplifican y optimizan extraordinariamente.
Guarda semejanza con la posible hornera del
PAU de Illescas como veremos más adelante.
Uno de los hornos más interesantes de este
periodo fue exc:avado en 2007 en el SAU n." 9
de Griñón. Desgraciadamente fue afectado por
un pozo coetáneo al momento de abandono del
horno, que destruyo el praefurnium y parte de la
parrilla y cámara de combustión. De respetables
Otro horno de corte romano pero de factura
menos elaborada fue hallado en este yacimiento
y publicado (JUAN TOVAR et alii, 2013: 430431). De forma cuadrada, un tanto irregular. de
longitud y anchura similares, entre 1,90 Y 1,Q5 m.
presenta un sistema de sustentacion de murete
semicirculares tallados en el propio terreno. mo·
dalidad novedosa en esta época aunque ya constada en momentos anteriores como ya vimos en
uno de los hornos de Las Lagunillas.
SAU 9 (Griñon) (flg. 12.6).
Coordenadns l/TJ\1: 428376/ 4452122
_ _ _ _i·,~ R l ' i ) ll<l~
l~
IICO~ I ARllOA NTIC,lJOS Y ALJ'OMI llll .VA I I S J:N 11.NO ROI S I l. 1'1.NJNS!J!AR
dimensiones ya que tcndna una longitud total ele
4,81 rn por 2,87 m de anchura, con una parrilla
maciza de soporte alveolar de más de medio me
tro de espesor, de la que se conservan más ele una
\'cintcna de perforaciones, pertenece al mismo
tipo que el conjunto de hornos cuadrangulares
de Prado Viejo (JUAN TOVAR et alíi, 2013: 433
436), resultando el mayor de Lodos ellos.
A falta de un estudio en profundidad ele los
materiales asociados al mismo ha siclo datado
provisionalmente a comienzos del siglo v1 1, lo
que permite concretar mejor la dala de este tipo
de hornos. No se le ha encontrado ninguna producción ,·inculada, ni níngun otro tipo de estructura de taller.
La Recomba (Legmzes).
Coordenadas UT,\l: ..J.33667/.J.461394
Los tres hornos descubiertos en este taller, ya
objeto de un pnmer estudio (JUAN TOVAR et
alii, 2013: 431-432) reunen características singulares, todavía nada frecuentes entre los hornos
conocidos de este periodo, aunque si en épocas
anteriores. Todos ellos han sido datados, en función de los materiales aparecidos, en el siglo vu
d.C. (VIGIL-ESCALERA, 2007b: 273). No se les
conoce ningún tipo de producción asociada.
Casas de Bahezuela (San Femando de Henares).
Coordenadas UTA1: 463280/4475910
Este taller, localizado en Casas de Bahczuela II, sólo cuenta con una escueta noticia
(PRESAS et alii, 2009: 356), sobre un horno en
la que se destaca su rusticidad. De forma circular, con restos de parrilla muy mal conservados,
un praefurnium, al parecer con la cubierta conservada y un fosa de carga de combustible que da
acceso al mismo. No se dan dimensiones ni otras
características, tampoco se le asocia ningún tipo
de producción. De cronología visigoda, sin más
precisión.
En el cercano Casas de Bahezuela III, se indica Ja existencia de dos hornos de época romana
indeterminada para la fabricación de materiales
de construcción (PRESAS et alii, 2009: 356), denotando una actividad productiva de larga tradición en esta zona, a] tiempo que se mencionan
estructuras relacionadas con actividades índus-
_ _ :35l
trialcs (fosas para la extracción de materiales Y
hornos), sin indicar su funcíonalidad (PRESAS et
aLií, 2009: 357).
Gózquez de Arriba (San Martín de La Vega).
Coordenadas UTM: 449330/4454420
Las estructuras encontradas en este yacimiento madrileño (VIGIL-ESCALERA, 2007:
273) presentan unas características atípicas que
hace difícil atribuirles una función específica
como productoras de cerámica y que nos impide
catalogarlas con certeza como tales, no obstante
el escaso conocimiento disponible todavía sobre
los hornos de este periodo, aconseja otorgarles al
menos el beneficio de la duda, y apuntar algunos
elementos de reflexión que pueden servir para
otras estructuras semejantes (fig. 12.7).
Algunas de sus características estructurales
y contextuales presentan semejanzas con las de
hornos de este periodo mejor identificados. A
su favor tienen que ambos muestran una posible
cámara de combustión de tipo circular, a la que
se accede por un corredor que haría las veces de
praefurnium y zona de carga de combustible en
los hornos convencionales, de unas medidas de
apenas 1,36 m en el caso de la 6855 y 1,3 m en la
6930, aunque esta al encontrarse más arrasada
pudo ofrecer un mayor diámetro en su desarrollo máximo.A su vez existen otros elementos que
parecen indicar lo contrario, la ausencia de rubefacción en la posible cámara de combustión y el
praefurnium, provocada por las altas temperaturas necesarias para la cocción de la cerámica, es
el principal de ellos. Otros indicios también parecen descartar la función productora, por ejemplo
la forma de la cámara del horno 6855, mejor conservada, de tipo siliforme globular achatada por
la base, resulta poco adecuada como contenedor
térmico, ya que acumularía una alta concentración de calor en el fondo, con una zona de salida
más estrecha encima, lo que en el mejor de los
casos, podría provocar importantes dificultades
de control de las temperaturas de cocción a que
se sometería a las cerámicas. Conocemos además alguna otra estructura de forma semejante
con clara función como silo en el yacimiento de
Navamboal (Iscar, Valladolid) (STRA TO, 2013a:
126, fig. 2.56).
Queremos apuntar por último algún extremo
que podría estar indicando un uso secundario de
i
o
lm
A'~
+
+
6930
__,...._.,,....__l
u
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*A
Figura 12.7. Hornos 6855 (arriba) y 6930 (abajo) de Gózquaz (San Martin de la Vega, Madrid) (Fotos y d1bu¡os de Alfonso v,g I·
Escalera)
T -\LLr.RIS' 1{t)R~()S CIR,\~\ICOS 1 -\RJ)OANTlGUOS y Al TOMrnirVAI r:s f.N 1.1. NOROFSr L l'[NINSULAR
ambas estructuras, por ejemplo en la 6855 el estrato bS59 que cubre el fondo de la estructura
aparece completamente libre de cualquier resto
de combustion, cuando esta es la parte del horno
donde mas se concentran )' e, idencian los restos
de cenizas, aun después de posibles limpiezas del
suelo. Sin embargo en el estrato 6858 que se superpone al anterior la presencia de carbones es
abundante, as1 como en los estratos superiores, lo
que podria estar indicando un uso del posible silo
como impro\'isada e tructura de coccion, quizá
de ceramicas, mas al modo de una hornera. Idén
ticas caracten ticas presenta L'l relleno de la estructura 6930, para la que se puede apuntar un
uso similar.
En ningún caso cüsten evidencias de desechos
cerámicos o de act1\idad alfarera, aunque, como
va hemos , isto. esto es frecuente en muchos de
Íos horno-. conocido.. Ambo· se a ignan cronológicamente a la f.a~t: I del ,·ac1miento situada en
la ·sec:unda mitad dd iglo ~-1 d.C. \ !GIL-ESCALERA, 2007: 266, nota 73).
-
-
Prado Vie¡o (Torrej611 de la Calzada).
Coordenadas UTM: 432245/ 4449989
Un centro excepcional por la caracterí ticas de su cuatro horno ) la on en-ación de algunos de ello en el momento de u cxcavad6n
(JUA 'TOVAR et a/11, 2013: 33-436), tre de los
cuales corre ponden al tipo cu drangular de parrilla maciza ) aporte ah eolar que hemos visto
en el de Griñon, pero en e te a o con cámaras
de combu llón entre 2,4-0 x 2,25-2,30 en el mayor
de ellos)' 1,50 x I.20-1,30 en el menor. El cuarto
horno es de naturaleza inédita, hasta la fecha, en
la península Ibérica, una e tructura ovalada con
soporte de murete laterales y doble praefurnia,
de una longitud máxima aproximada cercana a
los 3 m y una anchura en el centro de la cámara
de combustión de unos 1,80-1,85 m. Tampoco se
les conocen producciones asociadas.
Ermita de Santiago (Val.demoro).
Coordenadas UTM: 444850/4448560
El conjunto de hornos detectados en este yacimiento ya fue objeto de una primera aproximación (JUAN TOVAR et alii, 2013: 432-433).
Se trata de tres estructuras observadas en super-
_
353
ficie, en el sector tardoantiguo del yacím iento,
pero que no se llegaron a excavar, de las cuales
sólo la primera, de tipo ovalado, presenta indicios
que podrían adscribirla al periodo que aquí estudiamos.
TALLERES EN LA PROVINCIA DE TOLEDO
AL NORTE DEL TAJO
P.A.U. Alameda del Señorío de Jllescas (Jllescas).
Coordenadas UTM: 429177/4444197
Descubierto entre los años 2004 y 2005 durante las obras de apertura de viales para la urbanización del P.A.U. denominado Alameda del
Señorío de Illescas, situado al norte del casco
urbano de esa localidad toledana en la margen
occidental de la autovía A-42, este establecimiento se compone de dos hornos y una posible
hornera, además de un serie de estancias asociadas, incluido un testar con descartes de cocción y numerosos pozos seguramente empleados en la extracción de arcillas (FERNÁNDEZ,
URBANO, 2005).
Estamos pues ante una instalación alfarera
compleja y muy completa, con un estado de conservación de los hornos nada desdeñable, sobre
todo el n.º 2 (fig. 12.8).
El horno n." 1, el más alterado, es de planta
rectangular irregular de 3,98 m de largo por
1,:36 m de ancho conservado, con un sistema de
soporte de la parrilla singular compuesto por arcos que en lugar de apoyar en muretes laterales,
como suele ser habitual y como de hecho ocurre en el horno número 2, arrancan a media altura de las paredes de una cámara de combustión
de sección en V, construidos seguramente con
un sistema de cimbra o encofrado similar al que
se emplearía en los hornos de parrilla maciza de
Griñón y Prado Viejo ya vistos. Los restos de arco
conservados presentan, además, un curioso despiece de las dovelas de adobe o ladrillo, en el que
estas en lugar de colocarse en forma de cuña, con
el lado mayor en el interior del arco, se colocan
en plano con el lado mayor mirando al exterior,
como las varillas de un abanico cuando se despliega.
Asociada a este horno apareció una vivienda
con zócalo de mampostería y tres cabañas de
suelo rehundido, que los excavadores estiman dedicadas a funciones de almacenaje, taller, establo,
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Figura 12.8. Hornos 1 (arriba) y 2 con posible hornera (abajo) del P.A.U. Alameda del Señorío de lllescas (lllescas. Toledo) (fotos Y
dibujos de Tea Arqueólogos, S.L.)
etc., pero el elemento más importante y novedoso es la presencia de un testar con descartes de
cocción, cuyos materiales se encuentran en estudio. Básicamente se trata de cuencos carenados y
ollas globulares.
La datación por termoluminiscencia para este
horno en años B.P. (2005) es de 1465 ± 90 años,
es decir 450-630 d.C. (lo que según los autores
podría situarle en el siglo v1 d.C.).
El horno n.0 2, el que mejor ha sobre\indo,
responde sin embargo a una concepcion mas clásica: cuadrado, de unas dimensiones totah~s de
4,48 x 2,04 m, con una altura máxima conservada
de 1,49 m y un sistema de soporte de dos muretes
laterales o pilae que aguantan sendos arcos y una
parrilla de tipo desmontable compuesta por trozos de imbrices y adobes taponando los espacios
entre los arcos. La datación por termoluminis-
cencia arroja una fecha B.P. (2005) de 1445 + 85
ai10s B.P. (470 650 d.C.), lo que nuevamente lleva
a proponer a los autores una datación del siglo v 1
d.C. Este horno pudo haberse utilizado para la
coccion de MCC.
Junto a él apareció una posible hornera circular con un diámetro de 1,83 m y una profundidad máxima de 0,27 m, con las paredes rubefactadas y el suelo recubierto de fragmentos de teja,
de características muy semejantes a las que encontramos en el horno tardoantiguo de Can Roqueta -Sabadell- (s. vi-comienzos del vu d.C.)
(TERRATS, 2005: 221-222, fig. 10).
En torno al horno 2 se ha documentado un
conjunto de 38 pozos excavados con fines que
los excaYadores suponen artesanales, para la recogida de arcilla de la que está compuesto el sustrato geológico de la zona, posteriormente rellenados con desechos.
Si ambos hornos corresponden a dos unidades de producción coetáneas y pertenecientes a
un mismo alfar, o si se adscriben a talleres independientes que pueden trabajar de manera simultánea o separados en el tiempo, es algo que por
el momento parece difícil precisar, la separación
entre ambas, de unos 110 m no ayuda a dilucidar
este extremo, lo único de lo que podemos estar
seguros, es de que los dos hornos fueron realizados por dos constructores muy diferentes en su
concepción de lo que debe ser una estructura de
este tipo. Los dos han sido datados por termoluminiscencia en algún momento del siglo VI d.C.,
lo que nos informa de la buena calidad de construcción de los hornos en este siglo, al menos en
esta zona, a pesar de un cierto grado de improvisación observado en el uso de materiales muy diversos en el horno 2, con hasta siete tipos distintos de componentes, si bien buena parte de ellos
pueden corresponder a reparaciones realizadas
en el horno con el trascurso del tiempo.
Taller de Boadilla (Illescas).
Coordenadas UTM: 429400/4443417
Este taller, del que tan sólo conocemos un
horno, se encuentra muy próximo a los del P.A.U.
Alameda del Señorío de Illescas. La referencia
aportada sobre esta estructura es muy escueta,
con una sola foto que nos la muestra peor con•mda que el horno 2 del PAU pero de similares
características (CATALÁN, ROJAS, 2009). Tam-
bién aporto desechos de coc, ón que han permitido datarlo en el siglo v1 a C aunque los excavadores apuntan que su pnnnpal función debió
estar relacionada con la fabricación de MCC.
De la mtensa tradición alfarera de la zona Y
la calidad de las arcillas habla la presencia en el
mismo yacimiento de una instalación alfarera de
época romana de la que al menos se han detectado varias cubetas y un horno rectangular con el
típico soporte de muretes laterales GARRIDO,
PERERA, 2010: 21, fig. 11).
ÜTROS POSIBLES TALLERES CERÁMICOS
Ladera de los Prados (Aguasal, Valladolid).
Coordenadas UTM: 360180/4569770
La posible presencia de un taller en este yacimiento, viene dada por los análisis de pastas cerámicas que ponen de manifiesto el origen local de
las piezas de época visigoda analizadas (STRA TO,
2013a: 93), no obstante en la zona excavada no se
han encontrado indicios de talleres alfareros.
TIPOLOGÍA Y CARACTERÍSTICAS
TÉCNICAS DE LOS HORNOS
DE ÉPOCA VISIGODA
Hasta el momento presente las distintas tipologías creadas, dentro y fuera de España, para
la clasificación de los hornos antiguos , medievales, se han basado en dos únicas caracten, ticas: la forma geométrica de la planta , el tipo de
soporte de la parrilla, con excepción quizá de la
codificación propuesta por Coll y García Porras
(2009) que podría ser una buena base para lo·
hornos de época medie,al. Ya no hemos referido
en otras ocasiones a la debilidad taxonom1ca de
este sistema de clasificación y en espt'ci,,l ., su escasa relevancia a efectos tecnológicos. nonologicos y culturales, si no se analizan con mas detalle
y se incorporan a la tipología otras c,nacterísticas
tanto o más rclt'vanlt's qut• las dos expuestas, y
que nos acercan mucho más al modo de hacer de
cada lugar, y en definitiva a cada contexto, a sus
constructores y a las capacidades técnicas empleadas en ese momento en función del producto
a obtener. Así, por ejemplo, son muy significativas las particularidades constructivas del sistema
de soporte identificado y los materiales emplea-
JS(,
---------
dos t'n ,u ('l,1bor,1( i6n. l'I tipo de panilla utilizada
r la mat('ria prima usada en ella, la forma Y tipo
de construccion del pmc/im1i11111, al igual que la
naturaleza de la c.imara· ele cocción de las pie:as cerán11cas ) el modo ) materiales en que fue
construida, as1 como su tama110 o capacidad de
carga, si bien es cierto que esta parte ele la cstruc
tur; de lo· hornos es la que peor se suele conerYar ,. sólo muy raramente llega a encontrarse
completa, en particular el sistema ele cierre de la
misma, por lo que la inclusión de este último no
parece releYante a efectos tipológicos, aunque resulte de enorme valor informati\'o en aquellos en
que se llegue consen·ar.
Para los hornos tardoantiguos el sistema tradicional se re,·ela además claramente insuficiente
ya que aunque la forma de la planta del horno
suele responder a las ya conocidas en épocas anteriores, las caractensticas de algunos de los sistemas de soporte de la parrilla empleados, plantean problemas de difícil encaje si se recurre a
reducciones simplistas ya que incluso carecen de
referentes dentro de las tipologías empleadas en
Hispania.
As1 por ejemplo vemos que entre los escasos
hornos todavía conocidos la disparidad es tan
grande que casi encontrarnos un tipo diferente
en cada horno, lo que por otra parte no es de extrañar dado el limitado número de ellos encontrado:
- Hornos de planta circular u oval, parrilla
maciza y sistema alveolar de toberas perimetrales (La Recomba; La Carrera II).
- Hornos de planta circular con muretes o
pilae laterales, con parrilla desmontable
(Lugo).
- Hornos de planta circular y pilar central
cuadrangular tallado en el substrato geológico (La Recomba).
- Hornos de planta circular sin soporte (horneras excavadas monocamerales?) (Buzanca 2, La Mata del Palomar, Gozquez?).
- Horneras circulares superficiales con base
revestida de MCC (PAU de lllescas).
- Hornos de planta cuadrada, con sistema de
sustentación combinado de murete-arco y
parrilJa desmontable (con praefurnium descentrado) (PAU de Jllescas).
- Hornos de planta cuadrangular con soportes laterales tallados en el terreno (La Cuadrá).
_ Hornos de planta cuadrangular con ~oportes laterales y parrilla permanente mrJdular
(La Mata del Palomar).
_ Hornos de planta cuadrangular con sistema
de soporte por arcos elevados, que arrancan
a media altura de las paredes y parrilla permanente (PAU de Illescas).
_ Hornos de planta cuadrangular de parrilla
maciza con soporte alveolar (Prado Viejo,
Griñon).
_ Hornos de planta oval, con soportes laterales y doble praefurnium (?) (Prado Viejo).
Resulta pues sorprendente la diversidad formal de los hornos de esta época, y los diferentes métodos constructivos que se emplearon en
ellos, siendo particularmente llamativa la técnica empleada en la obra de los hornos de Griñon y Torrejón de la Calzada, que parecen resucitar antiguas técnicas que antes sólo habíamos
visto utilizadas muchos siglos atrás, en hornos
cuadrangulares tardorrepublicanos prácticamente circunscritos al noreste mediterráneo de
la península: parrillas macizas de gran espesor,
construidas mediante un soporte tipo cimbra o
encofrado, y horadadas en fresco mediante estacas para obtener las toberas, parrillas que se
consolidan con una gran cocción inicial en vacío, dando aspecto de un sistema alveolar arquitrabado tipo panal (JUAN TOVAR, BERMÚDEZ, 1989), método que también vemos
empleado en hornos circulares de menores dimensiones como los de La Recomba o La Carrera II.
La impresión obtenida de los hornos de este
periodo es que se trata, en general, de construcciones de tamaño más reducido que las conocidas
en época tardorromana o altoimperial. aunque
los datos manejados sean todavía muy parciales,
y dependan del tipo de producción a que se dedicaba cada horno, por no hablar del uso que se
fuera a dar a esa producción; pues no son equivalentes el horno dl'dicado a proveer el material
para la construcción de una gran dllae del siglo 1v, que el empleado para atender las necesidades de una aldea del s. v 1. E incluso de las zonas,
como en el caso lucense, por ejemplo, donde la
abundancia de esquistos y su empleo recurrente
en la edificación, también en los hornos cerámicos, reduce las necesidades de abastecimiento de
MCC y por tanto el número y características de
estos.
--
TAI II RE~YHOIPJOSCfHÁMICO'iTAl{fX)A
f'sl.t I C'dUlci6n de las di rncnsioncs m,•<lias
llúUOSYAITOM í>f
e"'
los ho1 nos y la aparente simplic.:iclacl el(• alguno~
de los .<,Ístemas de cocc.:ión empicados, c.:on el us<,
frecuenll' de horneras por ejemplo, no clf'be lle-
\ar a la c.:onclusión de que exista una clegraclac.ión
0 una falla de recursos técnicos para afrontar la
actindad ceramista, por comparación con épocas
pasadas, sino un mejor adaptación a las necesidades especificas de cada contexto y producción,
menos sofisticadas, pero también menos estereotipadas y más proporcwnadas a los fines que se
quieren obtener.
En el breve mosaico de ejemplos recogidos,
podemos apreciar una enorme variedad de sistemas empleados, soluciones técnicas ingeniosas
e incluso novedosas como los hornos de doble
praefurmia o los arcos de dovelas en plano.
LOS TALLERES CERÁMICOS
Ei LA ALTA EDAD MEDIA
(SIGLOS VIII-X)
Si para los periodos precedentes la ausencia de
información es enorme, para los siglos vm al x, el
vacío es absoluto (fig. 12.9).
Durante estos siglos complejos en los que
buena parte del territorio conoce tanto producciones de tipo andalusí, unas veces importadas
y otras no, como cerámicas cristianas, apenas se
cuenta con testimonios arqueológicos que nos
hablen de posibles talleres, ya sea de una u otra
tradición. En el valle del Duero diversos trabajos
sobre las cerámicas andalusíes (ZOZA YA, RETUERCE: 1986; RETUERCE, 1995; ZOZAYA
et alii, 2012) sugieren que entre las diversas importaciones procedentes de zonas meridionales,
pueden encontrarse producciones locales, caso
de León y Zamora (ZOZAYA et alíi, 2012: 227).
En el territorio cercano a la capital leonesa, por
ejemplo, la presencia de ciertas series cerámicas
tanto de tipo andalusí como cristiano ponen de
manifiesto la existencia de talleres locales bien
en la propia ciudad o en sus alrededores: Naua dt'
Olleiros, con referencias escritas desde comienzos del siglo XI y Navatejera de tradición romana
anterior que perdura hasta la actualidad, son buenos ejemplos por confirmar (GUTIERREZ, MIGUEL, 2009: 458), hecho que vemos señalado en
AI F
otros puntos de la Meseta como Cea Saha un
Saldana y Alto Campoo (Gl,'TIERREZ UG EL.
2009: ,¡.j<J).
f-.n rcc:íentcs traba1os monográficos obre
la cerámica medieval en otro territorio d l
norte del cuadrante, como e el caso del Pa
Vasco (SOLAU ·, 200'>: 307-3 9 únacam nte
se puede presumir la ex1stenc1a de da tinto upos de centros de producción bas ndo e en lo
análisis arqueométrkos de las cerámicas, o por
la presencia de algún testar como el del taller de
Rivabellosa (Alava), pero sin que e havan podido localizar sus estructuras de produccaon,
o por la toponimia como es el caso de la aldea
alavesa de Olleros, de localización impreci a.
En trabajos algo más recientes dentro del ambito geográfico vasco (AMO. DARAl1 • et alu,
2009-2010) ceñidos al territorio guipuzcoano,
se sígue sin contar con la presencia física de talleres con hornos.
El panorama es semejante o aun peor en otra
zonas del cuadrante. En toda la cornisa cantabrica, Galicia y Portugal donde ya se conocen
algunos hornos bajomedievales (MARTÍ EZ,
2013), las industrias del alto medievo siguen e -tando por detectar, y similar panorama encontramos en el resto de los territorios de esta vasta
zona.
Todo ello a pesar de que en luga.re proximos contamos con diversos e¡emplos . . orno es el
caso de Zaragoza (MOST ALAC, l Q9l
\ erida.,
con hornos emirales mu) semejantes ..i セL@
•
rnos circulares tardíos de Lugo f CH:-\_\ L.:
E
CASTRO, 2007: 54, fig. 5) y restos dt> un h rn
cuadrangular que recuerda al horno l de l .h .1
gunillas o al de Carrate1era tCHA.;\ l.~1...
F ·\ ·
TRO, 2007: 72, fig. 23). Por ultnrn:. en l"t. kdo ..il
sur del Tajo, casi en la zo1u dt' c>stu 11.). st セ@ ue e
ver otro buen ejemplo t'n d ) ,ll imientl) dt· H r
nán Páez, un e. tabkc1mwnto nu,,l n el hintt r
land tolt'dano datado t'n t'l sigl1.> , m ) mienzos
dt'l 1x c.l.C.. qut' cm'nt,, con un hllrno uadrangular con b parrilla sustent,,d.1 p )r uatro pilan•s t''.\l'llh)s, soportt' dt• un,1 s llera dt grandes
ladrillos, qm• adt•m,1s apo an.rn t'l\ salientes aloj,1dos t'n pt•qttt'Íll)s nw hin,1les, situa los en las paredt•s frenlt' .1 <.ada uno d' los pilares (VICE TE,
IH )J S, 2009: '297 2l)8, lám. 3) un sistema de sustentación apenas conoddo en esta época.
1 l IS< ARIOS JUAN' !OVAR _
Lucus Augusti
•
Villafilar
•
La Carrera 11
Á
Á
Las Lagunillas
CaaH de Bahezuela 11
San Babiléa
•
Á
Ladera de los Prados..,
La Recomba
...
...
• Carratejera
La Mata del Palomar
Loranca-EI Bailuelo
•
SAU9
P do Viejo
セ@
de Sta. Juana
Alameda del Sellorio de lllescas
Gózquez
Ermita de Santiago
•
...
Buzanca2
Boadilla
Á
La Cuadrj
O
30
60
120
180
240
~.:...::a----=====---Kms
Figura 12.9. Centros alfareros del siglo v (círculos) y de los siglos v1 al v111 (triángulos), en el cuadrante noroeste peninsular (diseño de
Carlos Tejerizo)
PRIMERAS CONCLUSIONES
Y PERSPECTIVAS DE FUTURO
Ciertamente si existe una época oscura en el
estudio de la cerámica histórica y en particular
en la de sus medios de producción esa son los siglos altomedievales, y más en concreto entre los
siglos vrn al x. Lo aquí expuesto no es más que
un esbozo de conclusiones muy preliminares,
dada la insuficiente información disponible para
un periodo y un territorio tan vastos, que com
plementa las realizadas en los difercnt('s apartados. Apenas veinte centros de producción, casi
todos en el medio rural y poco más d" s1•is dl•n•nas de hornos, la gran mayoría sin Pstudiar y mal
conservados, no constituyen un saldo prl•c·isamentc satisfactorio pata lk•gar a conclusiones firmes acerca de ningún aspecto de la actividad alfarera a lo largo de seis siglos, t.•so sí, al mt•nos Sl'
puede decir que las perspectivas de futuro son inmejorables: todo está por descubrir y estudiar, y
todas las preguntas posibles están sin respue. ta.
Las únicas conclusiones admisibles y muy
matizadas por la escasez de estudios aprowch.1bles, cabría hacerlas de los hornos corre~pondientes a los siglos v al vn o comienws dd vm.
en los que se percibe una fuerte perduración de
la tradición clásica en su concepcion y t'jt•cunon,
hasta el punto dt' descubrir modos constrncti\()S
como el de las parrillas m,wi,.as dl' gran espl'sor )
sustentación aln'olar. qut' lTl't,unos ab.rndon,1dos
por la aparidon dt• l,1s parrill,1s modul,tn.'s o des·
montablt's, mús ligt'ras y fu1Kionall•s, plenamente
gt•neralizadas duranlt' toda la t'poca imperial, Y
qlll' ¡wrdurarnn duranll' la Ita Edad Media. La
ronwntada n·duccit'm dt• tamaüo de muchos de
los hornos s6lo c,1bt• t•ntt·nderla como una adernación a las tll'et'sidadt•s de cada momento y lu-
TALLERLS y HORxo, CERA \ \JCO:, TARDO A. mGt: os y
gar, )'a que en general. y a1Yo excepciones, la pericia técnica de los constructore no tiene nada
que emidiar a la de epocas pasadas, pues seguimos obser.-ando una notable e pecializacion de
lo~ hornos en función del producto a cocer.
La existencia de importantes instalaciones
auxiliares tanto en talleres del siglo v (\ 'illafilar)
como de siglos posteriores (La ~lata del Palomar,
PAU de Illescas I mdica no solo un cierto grado de
organizacion de la produccion, sino también una
muy posible proyección comercial, quizá incluso
de ámbito regional, que habra que estudiar detenidamente en el futuro.
. To debernos oh·idar que los hornos cerámicos constituyen un excelente medidor de la capacidad técnica \. socioeconómica de un pueblo y
el medio indispensable para obtener un producto
manufacturado imprescindible en la Yida cotidiana de las sociedades preindustriales.
AGRADECI~1IENTOS
Mi más sincero agradecimiento por la gran colaboración prestada, al Dr. Alfonso Vigil-Escalera
de la Universidad del País Vasco, a Inés Centeno
y Ángel Palomino de Aratikos Arqueólogos, S.L.,
a Strato, Gabinete de Estudios sobre Patrimonio
Histórico y Arqueológico, y en particular a Francisco Sanz, a Francisco Fernández y Amparo Urbano de Tea Arqueólogos, S.L., a Carlos T ejerizo
de la Universidad del Pais Vasco, a Juan Sanguino
y Pilar Oñate de Gabark 2013, S.L., al Dr. Avelino
Gutiérrez de la Universidad de Oviedo, a Roberto
Bartolomé, de Engobe Arqueología, S.L.U. y a Enrique González Fernández, arqueólogo municipal
de Lugo; sin la generosa y paciente contribución
de todos ellos este trabajo hubiera sido mucho
más incompleto.
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