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12 Talleres y hornos cerámicos tardoantiguos Y altomedievales en el noroeste peninsular: estructuras y tecnología LuJS e~ RLOS JUAN TO\AR Socu:vAD DE [sTUfJIOS DEI A CERÁMICA ANTIGUA E. HISPA. IA RISL\IL:--.; En este tr.1b,1jo ;1bordamos una primera aproxiación a uno de los periodos m;1s desconocidos de 111 ., ceram1ca • . en e1cuadrante la historia de la prod ucc1on noroccidental de la península Ibérica, a través de los primero~ talle!·es descubier~os r sus estructura~ d_e fabricación mas representativas: los hornos ceram1cos, que re,·elan al menos entre los siglos v y v11-v111 d.C. una notable fidelidad a los conceptos constructivos de época romana, al tiempo que una extraordinaria di,·ersidad en los tipos de sistemas empleados. Sobre su continuidad o transformación durante los siguientes siglos altomedie\·ales, el ,·acío de conocimientos sigue siendo absoluto en este vasto territorio. PALABRAS CLAVE: Cocción cerámica, complejos artesanales, alfares, técnicas de construcción. ABSTRACT A first approach to one of the most obscure periods in the history of pottery production in Northwestern Spain is addressed in this paper. 1t will be achieved by presenting the first discovered workshops and their most distinctive features. The pottery kilns show, at least from the 5th to the 7th-8th centuries, a remarkable fidelity to the roman patterns, but also an extraordinary diversity in the productive systems. A complete knowledge gap persists with regard to the continuity or transformation of these craftmanship during the following centuries throughout this vast territory. KEYWORDS: Pottery firing, crafting workshops, pottery kilns, construction techniques. El estudio de las producciones cerámicas en el cuadrante noroccidental de la Península Ibérica, fabricadas durante el periodo comprendido entre los siglos v y x d.C., se ha venido realizando tradicionalmente sin el concurso de los centros alfareros y sus medios de producción, ya sea sin contemplar este periodo (p. e. COLL, 2011), o bien sin incluir el estudio de los hornos, sus estructuras más representativas1, precisamente para estos territorios (COLL, GARCÍA, 2010; COLL, 2013) al no existir, hasta ahora, una iniciativa investigadora encaminada a la localización, excavación y estudio de los talleres que las fabricaron. Frente al desarrollo de plataformas de im'estigación relacionadas con la arqueología de la arquitectura o de los paisajes agrarios, del campesinado o de las aldeas altomedievales, destaca la ausencia de una arqueología de la producción altomedieval, que contemple la elaboración de cerámica en el lugar que le corresponde por su incidencia en el registro arqueológico, potenciando la localización y estudio de los centros de producción al tiempo que se emprende el necesario e·tudio de los talleres metalúrgicos 2 y de vidrio, de caleras y de cantería, de textiles y madera, etc. Partimos en consecuencia de un dramatico vacío de conocimientos acerca de los alfare tardoantiguos y altomedievales y sus medio de trabajo, y de una escasa base de estudio especifico sobre esta materia para este periodo y territorios, lo que obliga a emprender este trabajo de de la pro1 Para todo lo relacionado con estas estruct~ セ@ cesos que conlleva la cocción cerámica. se puede consultar la imprescindible obra de Cuomo di Caprio (2007 483-56.5) 2 Casos que ataAen a nuestro periodo, con hornos metalúrgicos, podemos encontrar por e1emplo en Salas et ,.¡;; (2014) 3-10 -- LUISCARI OS ILA TOVAR ------ --- セ@ perspectiva de un primer estado de la cuestión, forzosamente conciso en ... u exhaustividad por la reducida extensión disponible para desarrollarlo, セ@ abocados a señalar las necesanas líneas de actuacion que deberían emprenderse en el futuro, si queremos obtener un imagen contextualizada ) articulada, , no meramente instrumental de las producciones de este largo espacio temporal. Esta carencia, es además mucho mas acusada en este periodo que en los inmediatos anterior y posterior - Bajo Imperio romano y Plena y Ba¡a Edad i\-ledia-, en particular en la zona de estudio, lo que provoca una especie de bache en la comprensión del discurso histórico correspondiente, que intenta ser sahado mediante propuestas necesariamente fragmentadas y confusas de los productos cerámicos , su comercio, de las características de su produccion y difusion, una visión frecuentemente instrumental v ceñida a los puntos de consumo y no confrontada con los de su fabricación. Esto provoca inevitablemente una percepción deformada de este valioso elemento de estudio. Ello ha conducido, entre otras muchas consecuencias, a que las cronologías atribuidas a estas producciones sean con frecuencia poco precisas, ya que hablamos siempre de productos amortizados, a veces tras largos periodos de uso, dataciones que a veces abarcan más de un siglo, especialmente a partir del siglo vm, ya que las últimas investigaciones realizadas sobre las producciones del siglo v (JUAN TOVAR, BLA.i"\JCO, 1997; JUAN TOVAR, 2012a y 2012b; JUA,"-J TOVAR et alii, 2012; \'!GIL-ESCALERA, 2013, etc.) y entre las de los siglo VI y vn (VIGIL-ESCALERA, 1999, 2000, 2003, 2006, 2007 y 2008), comienzan a permitir trabajar, al menos en ciertas zonas, con cronologías más ajustadas y una mayor concreción de los contextos económicos y sociales, aunque incluso aquí sigamos asistiendo a una notable carencia de información sobre centros de producción. Otra de las consecuencias es que la disminución de los intercambios económicos y su realización a menores distancias, estimados durante este largo periodo, llevan a prejuzgar la dimensión de la actividad y distribución del comercio cerámico y por tanto la difusión de los diferentes centros alfareros e incluso la diversidad formal de las familias cerámicas, considerada frecuentemente como limitada, como si este calificativo implicara alguna dimensión específica. Es por ello preciso comenzar a conocer los alfares y los _ medios de producción empleados, para en pr'.z;i a sentar las bases, entre otras, de una ge<,ce e ,, logía; que pcrmi ta relacionar productos y puntos de consumo con talleres de fabricaciór, y así comprender mejor la realidad económica de estos productos y del medio en que se desenvuelven en cada momento. LOS ANTECEDENTES: LA INDUSTRIA CERAMICA EN ÉPOCA TARDORROMANA (SIGLOS IV-V) Tras el relativo paréntesis productivo que supuso para las industrias cerámicas peninsulares el s. m, a lo largo del siglo IV y hasta comienzos del siglo v la producción cerámica en general y la de cerámicas finas del tipo terra sigillata en especial, conocen un desarrollo extraordinario, con la denominada terra sigillata hispánica tardía (TSHT), como reflejo y paradigma de un periodo de transformación y bonanza económica y de unos sistemas de producción y comercialización que, aunque ya diferentes de los imperantes hasta el siglo m, denotan todavía complejos procesos económicos, organizativos, productivos y tecnológicos. Sus centros de fabricación (PÉREZ, 2014) se encuentran repartidos por un amplia geografía que abarca desde la zona riojana del valle del Ebro al norte, hasta el valle del Tajo central al sur. En el valle del Duero sobresale la zona burgalesa del rio Arlanza, incluyendo el taller más meridional de Clunia, el territorio leonés de Astorga, en el que se presupone la producción de una importante variedad gris de la TSHT, el presunto alfar zamorano de Villanueva de Azoague o el taller soriano de Tiermes. En cuanto al valle del Tajo los últimos hallazgos de Cubas de la Sagra (Madrid) parecen apuntar la presencia de centros en esta zona (SANGUINO, OÑATE, 2010). o obstante, pocos de estos yacimientos aportan información sobre hornos, en La Rioja solo los alfare de La Albergueria, El Quemao y Salceda en Tricío y el de Sobrevilla en Badarán ofrecen noticias sobre la presencia de hornos, por lo general e casamente documentados y en el valle del Duero en el alfar de El Cantarillón en Mambrilla de Lara. Burgos (PÉREZ, 2014). 3 Un primer acercamiento a este tema en Juan Tovar (2013). I IGUOS \ Al TO\IFDI _ _ _ _r_A_L_Lrn_,_E!_S_\_H_O_R_~_o_sc _E:....R:.:...A:.:...:--..:.:.IIC::.:t:..:.:)S::...:..::IA::::R~n:::o~A~~.:.!:~~~~~~~~ . f\ALEHN EL. OROFSTf.PfNI SL, - --- 341 R De todo aquel vasto conjunto de fábricas dedicadas a la produccion de TSHT, como vemos mu)' pocas de ellas _e~t_udia~as y ninguna en profundidad, resulta .difictl senalar aquellas que pudieron estar activas durante el siglo v. Pérez (2014) no se pronuncia sobre cuales considera vigentes en este siglo y solo a traves de los materiales de algunas de ellas podemos intentar de <lucirlo. Por ello es muy probable que de aquellas de las que temamo indicios de producción en el siglo I\ • muchas pudieran estar activas al menos durante el primer cuarto del siguiente siglo. Más comple¡o e discernir, y este no sena el marco adecuado para hacerlo, cuántas sobreviven durante el segundo cuarto de este siglo o, aún más, tra pasan la mitad de la centuria, aunque aquí lógicamente las cifras se \'enan drásticamente re- tnos cuadrangul ares4• generalmente de planta rccd:nfu Iar, ~otados de un sistema de sustentación tes 1:tarnlla c~mpuesto por dos o más soporerales O ptlae, que bien bajo forma de diferendt~s sistemas de muretes enfrentados o unidos me 1ante . ar cos cump Ien la función de aguan-· tar parrilla y ca rga ceramica, , . ademas , de repartir e1 calor . de manera . . en _la c'amara d e combust1on equ1hbrada' . ' s1· b'ien con unas d'1mens1ones . ,. unas caltdades conSt rucfr.as algo diferentes de ·las de momentos anteriores. Varios son los centros que hoy conocemos todos ellos con actividad en la primera mitad del siglo v. De sur a norte: ducidas. Pero el elenco de industrias no se limita a estas cerámicas fina , otro tipo de talleres a menudo dedicados a diferentes productos, entre los que sobresalen los materiales cerámicos de construcción (en adelante ~1CCJ, resultado del auge constructivo que conoce el medio rural con el desarrollo de las grandes villas latifundistas, salpican todo el territorio durante el siglo I\. Entre los numerosos talleres conocidos cabe señalar complejos como el de Lora.nea (Fuenlabrada, Madrid), que perdura hasta comienzos del si glo v y en el que varios hornos ded1c.ados a la producción de cal, parecen tener una doble f un cionalidad como caleras )' hornos de cocción de MCC como veremos a continuación (JUAN TOVAR et alii, 2013: 422-427); posiblemente los cinco hornos asociados a la fase tardorromana de la Ermita de Santiago (Valdemoro, Madrid) (JUAN TOVAR et alii, 2013: 427-428), el complejo de larga perduración de La Venta del Gayo en Cayés (Llanera, Asturias) (REQUEJO, 2013: 310-361) u otros menores como el taller de Dehesa de la Torrecilla (Cespedosa de Tormes, Salamanca) (BENET, GARCIA, 1989; BENET, SANTONJA, 1990, o el de Villa.manta (Madrid) (ZARZALEJOS PRIETO, 2002). También hay que recordar complejos urbanos tan importan· tes como los de Lucus Augusti, que abordaremos COORDENADAS UTM: a continuación. Las características conocidas de las pocos hornos asignables con certeza al siglo v, repiten con frecuencia un mismo esquema típicamente rotaano, como no podía ser de otra manera: hor· CAMINO DE SANTA JUANA (CUBAS DE LA SAGRA, MADRID). 428951/4448973 Este yacimiento encierra uno de los mayores centros de producción tardorromanos conocidos, con un total de diez hornos y diversas instalaciones auxiliares: talleres, cubetas, secaderos, etc. Todos los hornos excavados, tres en su totalidad y otros dos parcialmente, presentan las características reseñadas y podrían ser adscritos a este periodo y más concretamente situados entre finales del siglo 1v y la primera mitad del siglo v d.C. o al menos en su primer cuarto. Cua tro de ellos fueron ya publicados (JUAN TO\'AR et alii, 2013: 428-430, fig. 6), el quinto, exca,ado con posterioridad, una estructura rectangular 1 Conocemos en estos territorios algunos casüs de hür· nos de planta circular, por lo general dedicados a l.l tabn cación de materiales cerámicos de construcción ( \l(C), lt' chados en el siglo 1v, como es el caso del horno p;1lt'ntilll) dt' Relea (JUAN TO\' AR, PERFI GO:--:LüE7. L<l8<l), ) t,unbién en talleres de TSHT como el de El Cmtarillon (:\L.1111• brillas de Lara, Burgos) (PtREZ. 201 l: 18. fig. 7). Igu,1linc11tt' podría pertenecer ,1 l'Slt' pt'nodo d horno 3 <''\C,n .,clo l'n la \ 'enta del Gallo. en C1n's (Ll.1m'r;1, Astut i.b), fot m,ll\d11 parte de un import,111tt' romplt'Jº .111,m'ro dt' l.lr~,1 pc11.lur,1 ción (R[QUEJO, 2013' 321 .m). s Algunos hornos l'n l.1 zon,1 ck ,\t.1dri,I. d.1t.1bk, P''.'' blenwnll' en ta, postnmt'I 1,is tkl siglo 1,, Jt111t11 ,1 ,·,t,· tipo de soporte dl' n1url'tt'S t•nÍH'nt.1d11s prt'st•nt,1n u11.1 , .1n.1cwn consistente en ,itu,1r un murl'l<' .1 t•i,• tlUt' .lrra1KJt1dt) d,• l.i ared del tondo aporta un.1 m.1y11r t·st.1b11iJad J la p.irnll.l i)UAN TO\'AR et a/11, :lllU: lH iig. .?.), quiZJ rt~·uerdo de los grandes muros div1Sl1rios qut• t•n l'poca altounpl'rtal ,1r ticulaban las ra111J1 as de toet·11m en dos rt'clllt~s paraldos, que permithin mayores parrillJs, mayor estabilidad de sus· tentación para la estrudura y ma) or tapacidad de carga. .142 lllSCAJllOSJlAN JOVAR ~-- que prl' cnta un.is dinwnsioncs lot,dcs cil' 2 ll1 ele largo por 1,30 111 <ll· ,111cho, pcrm,uwcc inédito. [stl' amplio complejo se dedid> a la producción de ccr:imicas rnmunes, MCC y existen indicios de producci<'> n de TSI IT (SANGUINO, ONATJ:, 2010). LORANCA (FUI:NI.ABRADA, MADRW). COORDENADAS UTM: 43'1389J,l,157630 Todos los hornos de este yacimiento f ucron ya objeto de un estudio (JUAN TOV AR el alíi, 2013: 422-427), pero al menos tres de ellos de ca racterísticas mU\ peculiares estuvieron en funcionamiento hasta un momento indeterminado de la primera mitad del siglo v, son los hornos C-85200, de planta subcircular en forma de omega (JUAN TOVAR et alii, 2013: 424), C-82200 de planta ovalada (JUAN TOV AR et alii, 2013: 424-425) y C-59700 de planta circular (JUAN TOVAR et alii, 2013: 426), posiblemente utilizados en una función mixta como caleras y hornos cerámicos. CARRATEJERA (NAVALMANZANO, SEGOVIA). COORDENADAS UTM: 393303/4563440 De este taller sólo se conoce un horno de planta rectangular, con unos 3 m de largo por 2 m de ancho, lamentablemente muy arrasado, con un tipo de soporte cuyos indicios apuntan al habitual sistema de muretes, sin posibilidad de mayor precisión (MARCOS et alii, 2010: 383-385). La estructura ofreció una datación por termoluminiscencia para su última hornada de 265 ± 139 A.D. (126-404 d.C.) que los autores sitúan en esta última fecha (MARCOS et alii, 2010: 389). 1':o se le ha podido asociar ninguna producción. LAS LAGUNILI.AS (ALDEAMAYOR DE SAN MARTÍN, VAI.LADOI.ID). COORDENADAS UTM: :362940/4596415 Similar conservación presentan los hornos de Las Lagunillas (CENTENO et a/ii, 2013: 33, fíg. 2), dos estructuras de planta rectangular con las paredes forradas de adobes, datadas en la pri mera mitad del siglo v, aunque muy arrasadas y por tanto insuficientes para un análisis en pro funclidad, apuntan ca rae terísttcas comune , i bien con ciertas difc·rcncias, respecto a los mode los precedentes. Por C'jcmplo, el horno de la LlE 735 (fig. 12.1 izq.) de unas dimensiones de 3,70 m ele longitud total por 1,30 m de anchura, presenta una cámara de combustión desproporcionadamente estrecha para su longitud: 2,60 m, en la que apenas quedan restos del sistema de soporte de la parrilla, por lo que sólo podemos aventurar que sería el tradicional de muretes laterales, posiblemente construido con adobes ahora de aparecidos. El segundo horno, UE 738 (fig. 12.1, dcha.), aun en peor estado ya que ha perdido más de la mitad de la estructura incluyendo el praejurnium, muestra con algo más de claridad un sistema de muretes laterales como soporte, quizá -al menos en su parte inferior- tallado en el propio terreno, otra peculiaridad no muy frecuente pero ya conocida entre los hornos de época romana, que volvemos a ver empleada en época visigoda (JUAN TOVAR et alii, 2013: 431). En el interior del primer horno se encontró un amasijo de imbrices deformados por exceso de cocción, lo que explicaría la estrechez de la cámara de combustión y consecuentemente la de cocción situada sobre ella, ya que el constructor del horno, al tener que pensar en una carga de tanto peso como los MCC, opto por reducir la anchura de las cámaras para evitar un colapso de la estructura por sobrecarga, lo que por otra parte nos sugiere que debió emplear un sistema de muretes simples adosados a las paredes laterales para sustentar parrilla y carga, sin arco alguno que salvara el vano y reforzara la sustentación. VILLAFILAR (ClSNEROS, PALENCIA) (fig. 12.2). COORDENADAS UTM: 34-l-6-!7;"1-678099 Del mayor interés son las t'structura halla das en este taller. El horno dt' planta cuadrangu lar, de unas dinwnsiont's tot,tles con ervada de 3,52 x 2.48 m, rnn soportt• de murete lateral apoyados sobrt.• un banco corrido, al parecer ta liado en el terreno (fig. 12.2, uperior) fue em picado en la produ( cion de l . Este horno aparece integrado al fondo de una gran nave rectangular de 24,5 x 7,8 m, claramentll vinculada a las tareas de fabricación y ahnaanlje de los productos elaborados en este taller. 11111111,\ li1 11l~•l~l 11lll\lh d ~- . ... セ@ l~ ,,, \ 1111, 111>1I i\11 IN!I '-/tllCII 11 PI I ll 111 "' >, ')J :( ij / o ~'l ,,JJ "' )! 1.lri _, \,l --,,. s セ@ \,:,1 :..:111 ' ' ... 11 Y/ s \ll 73/ ... .. 1 \111111\Nll<,l o .,, ... .,, 11~ ~111 .., "º' "\.1-4 1 ~.3-1 ,,, ,'\13 4 •l ..1,,0 セ@ .--- .. ~•O d ---- ,M J Figura 12.1. Hornos de Las Lagunillas-UE 735 (Izquierda} UE 738 (derect1a) (Aldeamuyor de San Ma,tln. V,1lk1dohd) \lotos y d1bu¡os d Aratlkos Arqueólogos) poner de un edificio de eslas dimensiones vt•ndría dado también por la necesidad de Lener un luµar que permitiera trabajar durante todo el ar'lo, quP sirviera no solo como obrador y almacén, sino bajo el que poder secar tegulas, imbrkcs y late n·s a resguardo th'l sol din.•l'tti \'l'ranÍl'go t¡lll' rt'squelm\¡aría las pit•ias nm mrn tkshklr,\tal'iun de masiado r,ipida, y dt• los fr1os y lwl,Hfas invt•rnalt•s que impt•dirían su st•rado, 1,) t¡lll' p,m.•rc indkarnos una nrtividad continuada parn t•sta indus- 44 -· F"igira 12.2. Horno (arriba) y taller (abajo) de Villafilar (Cisneros, Palencia) (dibujos y foto de Strato, S.L.) tria y quizá una posible difusión de sus productos más allá de lo estrictamente local. Una muestra tomada del praefurnium, ha dado una fecha por termoluminiscencia para la última cocción del horno de 1603 ± 109 años B.P. (298-516 d.C.), lo que según los autores depararía un datación equivalente a 4.07 d.C., en línea con lo que testimonian los materiales recuperados (STRATO, 2010). Lucu& AuGUSTI (LUGO) (fig. 12.3). CooRDENADAS UTM: 617581/4763121 Dll .-c:oajunto de talleres urbanos localiza• .... - , • la apbl d,I co,n,,ntu, luunsis __r_.._, ,._ ,.... w,,r titado activo• del primer cuarto dín de San Roque emplazado en plena necrópolis tardía y dedicado a la fabricación de cerámica común (ALCORTA, 2001: 429-433), una estructura cuadrada de una dimensiones totales cercanas a los 3 x 3 m y una cámara de combustión de 1,80 m de ancho por casi 2 m de largo, horno que presenta numerosas semejanzas estructurales con hornos mucho más tardíos como el horno 2 de Illescas, según veremos más tarde. Además de estos talleres al menos otros aatro funcionaron en momentos seguramente avanzados del siglo v o incluso postenons. que las cronologías no han podido todavía con precisión por encon teriales pendientes de estudio. por preferido incluirlos entre l ¡lo aunque somos con i nt pueden aer posteriores. Canllfio \~ '1 1 1 P\•( 1 1 ll' d,., <lt•I el, 111111 ( ll' 111 111•11 ti I' 1,1 pucl1 r 11 PIH•IP (11 · \, • \ ,\ ,' \ 1' 1 ,1i-¡lll'1•\,, • 1 1 \'l\ • \ 1 1 1\ t 1' \ tz, .., 1 11• 11. ¡,1•1111111 d 1dl'lí 1 1 1 111inal1v I qu 1(, hr11110 1• t II Ir tdn 11 ',1' 1'llt·d1·11 1p11·1 1 \f ( 1 11 1•1st,, l'l'l 1t1d11, \ l\ll ·•. n,,.._ •1 ,, l,· ·ll,,, ,,. ,' ,,l, ,-,, i,• ,,,~,1 · d ,1 ·' ••' ,\. ,\ h\ d111Hh' n,, ,·1 t ,\l1'llll\'1'll,tl 111 1 \' h- d ,, ,,,. \,\\11' 1 l\\'l\\.11 1,111 ,,, ".' l ,, ,\ · ' ' .:.\~1lh'lll1'' ,k l.11-1~ .. ,'., ,, :.1-h .' 1,,, \ , 11,,, .1-1,,~ l'll ' •.• ' ' l 1 ,hi,1 .11 l.hh, ,k l.1 r • 1,,. m, ·k, ,k l.1 111,,, p111ltd,, \ 1·1. ,·11,,,. ,111 (•11 111~ d1!i-11·1H 11 ,. ,·s l'I 111 'll com<, y, lw 1,111\,11 e, dL• todo l,01111) 11h111rl1,· t,1 11·d1tt 1clc, Jll', ,11 dt· 11,tl,\IM' 'll ,ilj;,lltlO. 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C' ' ' ll; \Rl'l.\ BI .\N()lJl7, '20lll: 49•~-4ll i). Por ultinw qm'l't'ntos M'ú.il,\r l(lll'. t·n t·:-to, tt•rritorills, .1 p,trtir dt• un nwnwnto indt'lt•nnin.1do, ,•ntorno ,\ nw,lt.tdos dl'l si¡i.lo , l.1s lk1wnun. d:i, n•r.tmi,-.,s imitadon dt· s1,~1llt1t,1 (l'IS), urntit•n z,u\ a sustituir panbt irnH\ll'l\h' ,t bs pwdu, do1w, finas dt' nwsa. l'll l'Sp1•ci.1\ .1 ht TSI l r. .t nwdid.1 l\lll' 1.•st,1s v,1n 1'l\l\\l'l'l'Ít'l\1hist· ,·n los 11\l'l'l .idos, ,1\ tit•mp1) llllt' van ,tdquiril'ndt) l.',U\lCtt·rístic\1, tu: nk,\s ,. h\l'ln,tks qtll' hts ,1st'nwi,ll\ .1 h1s 1.·01wl.'i1.bs lHI\O · n•r,1mi1·.is romtuws. l'sk ht•1. ho , ic1ll' dt• tt•rmin.1do, sin dud,t. ptw l,1 p.1uh1tin,1 dt•sap.ui 1·1111s11k1,1hks. rP11111 ,·~ 1•1 1 ,1s11 1k ~,i. iri~1d.1 p,,r 1... ,n .hl,,n~.1 1...·.\l 11•1w ~.L ·, n. ·n 1,,:- nh ck, ,upl'l'H't ,•s .ti ni \t 1 it Jh.m , '"' t' un. ,-.1b·.1d.1, ,·,1rt,1,b .1 :u \ t r Ll mnmll.t b.1h1imp,·1"i.tl., s,)bn· ll: nl\ t lt-: '-i,• .tb.ullhuw 1.k su 11llc 11· 11/um. k • h ,, un l 1.qud10 hMllll ú'r.mlil.'tl 1..le apena· .: 1 m t' d1.u1t1.•tr ) ,•n l.1 1. .un,H .1 dt.• mbu:th.. n, '- n :-.1lp1H'H' dt• pil.tr1.•~ s1.•mi1rculJrc:: .id Jdo~ .1 l., p.u t•d dt• l.t r;\lll.ll\t en I que . mi lt.>,tron 11nbrirt•s l Olllll l't' , < fuerzo. El plato fu datad p1 h1. .1nu.•111r rn I lt\lo , 1 1 I I/ R ()Rf il rz 01 lF f.Rl , • Pft'O dado e-! tipo d bjt"lO 1>0dr1;1 habt-r 1dn ,u roJ,\ lt1 11 Mmo cuando ,-a C"Sll' l\l ntr.ib.t fu r.1 dt> u·M1 fGONzAuz FER dlm k los alt..1n•rns ,tltanwntt• t•spt•d,1liz idos que ronod U\ \Js sot1stk,1d,1s ttrnil,IS dt• nmfoccion dt• li.1 n•1· mi as tipo s('!illt,w ) su ~iadual sustitudl n por nll's,uws prúximos .11 mundo de las lUIS C AIU.OS JUAN TOVA R 34-6 --------------------- 1 2 3 4 Figura 12.3. Hornos tardlos de Lucus Augustl (fotos de Enrique González Fernández. Francisco Herves Raigoso y Covadonga Carreñ<> Gascón) I Al ll ll l ,,lll•IINt 1 ,1 t1 A~t l<tl IA I IIOA IIC, dt• 11 11 1)1 IS ( 1111d1 ,11111 IJ e IJllllllll'S, lt• IIPltll'llfl l 1,1 s l'I q11c • 1' "~' 1111cl1·11 gr 111• " " 1, , 11 , ., ,, 1, tll 11 111111·-. ~1H r.d, ·s y e 1tll111,dc•s , 1111,1 1n1•11 r¡ 1 , 11111 ¡il,•pd,111 so, tol'I C11u111111 .1 }' 1111.1 11 •d111, ¡,-111 d, , l.,s 1 • ¡.,s I p1111•11 1.il,•s, l c•10 c•o,lc• c•xl 11·111 11 , d,•ci, 11 ¡¡,¡1, 11 1 l'll ¡1,llll' dt• l.1 s p1opi.1•, 1, ·1 11i1 ,l., dt • l'l.ilmi," 11•111 d,, ¡,1s 11 °1,11111c,1s, d1• '> W , < ,11,111, ,, hl 1<',1•, f1 ',11 ,,., y d, , , 11\,l'i )' dt• .,1, 1t'IH'l lo110 lrn 111:il, ,111 11 d,•llf' ,, 11 1111 1 1 1 ,•1,111111 l'i Pllll\11' "l 11•f11•11do 1·11 d,•, 1111111n·11H>., <011lc•xlos ci P t.dl1•1, Y" q, 11, ele• ,ill.111•,; q111 • ¡, 111 ,d,111 el,· piocltt< 1, 1,, y poi tan lo ttll<> d1· los 11lt'dios clP p1 ocl 11 , , i«'lll o \' AII IJ '111111 Alf I f ,, u,• ,,,davf, H<.. d tudw rea d 'i•d ,ni, a,; qui• pro<lu¡ ron b1Pn porq no a Y· 111 ¡,,,<l id,, 1d,•11t1f1, ar,., b, n porq ,. 1'' 11 '" l.ii;,, d 'tstudl', al menos pod O m 11 1 1 1 1 .1 • ª' 11·rl1tar , 1ertar; <.ara<...terí t.Jc..t r lat a ' 1 11: " h,,,,,,,s 1•11 'f Ut' 6C fobn<.aron, que es en defí 1111 ,va ,.J 11 •rnc1 del q ue aquí M! trata A ellos habr '1' 11 ' o1ti , ,d 1 • qu,iá, algun,1 de I<, c¡cmplos resenad,,!-! ' n l 11111s A11gu st1. l.1 <'\1',lt'll< 1.1 , 1, 1 ,11b11itw, 101111Tt1•1a ,11•sl1• lipo 1•,t'll< i.11t·, p,11,1 ( Olllj)ll'll<lt·1 llH'jo, l 1,11 y 'IAI.I l, Jll ,S 1,N I A l'f«JVIN(.IA PE PAi E CIA 1•1 ( (1/ll(•xlo ',() l,1s rl'l,H io1w, <'< 011c'i111ic,1s cl1° ,,.,1,, (·por" ele· 1r.in,il i,'in TAI.Lriif'S l>I l'ROIHJC'C'ION C'l:RÁMICA ()LIRANTI 11 PI RIODO VISf(;()f)() (SICil.OS \ J \'I 1) Contra lo qu<.• se ha venido sosteniendo hasta ft·chas muy recientes las senes cc·rámicas roma nas dd tipo tcrm sí~1/lata, no perviven hasta el siglo \'I m,b que con carácter residual, incluso no tenemos constancia clara de que aquellas imitaciones (CIS) que las fueron sustituyendo durante el siglo v, llegasen a adentrarse en la sexta centuria, al menos con las características tanto formales como muy especialmente decorativas que las caracterizan (JUAN TOVAR, 2012a). f:Jlo no significa que exista una ruptura con la tradición formal romana, antes bien el repertorio que se fabrica al menos a lo largo de los siglos v, y v11, es netamente deudor de la tradición tardorromana, aunque durante todo el periodo visigodo veremos desaparecer algunas formas y surgir otras nuevas que parecen irse alejando paulatinamente de la tradición clásica. Hasta fechas muy recientes apenas se tenían noticias de la existencia de talleres cerámicos de eata época en el territorio en estudio, sólo en los éltimos años hemos empezado a conocer algunas Industrias con sus respectivos hornos, que nos VIII permitiendo observar, aunque todavía muy llllnariamente, ciertas características de unas Y -... Estos talleres se encuentran situados en proyincias de Palencia, Segovia, Madrid y Toet decir en la zona centro-sur del cuadrante ental peninsular, siendo la provincia de la que ha aportado más testimonios hasta to (JUAN TOVAR et alii, 2013),y aun /,a Carrr-ra /1 (8oto r/P. Cerrato) (fig. 12.4). Coordrmada s ll'f'M: -J80·182/4M15/4 S()br<· los d<i <; h,,rnos u,nr,cido,; en este compl('j() artt·sanal se: ha publkad<1 una primera noticia (Cf:NTF'. NO el alii, 2012), que ahora podemos ampliar incorporando a este estudio las plantas de las estructuras. A este trabajo, cabe añadir algunas apreciaciones basadas en la semejanza de ambos hornos, y en especial del horno 2, con lo encontrados en el yacimiento de La Recomba (Leganés), C-3137 y C-3245 (JUAN TOVAR et alii, 2013: 431-432, fig. 7) ya que en ambos caso nos encontramos con estructuras de forma subcircular dotadas de parrilla con sustentación alveolar, un tipo de horno muy característico del mundo prerromano y altoimperíal, pero del que no se tenía noticia en época tardorromana ni , isigoda, si exceptuamos el horno en forma de «roseta» de La Salceda (Tricio, La Ríoja) datado en el siglo 1v d.C. (PÉREZ, 2014: 6, fig. 2). Ambos hornos palentinos fueron datado, mi• cialmente en el siglo v11, pero el estudio detallado de los materiales cerámicos asouados paree arrojar una cronología más antigua. ,n'm por pre• cisar, pero en ningún caso anterior ., la , egund.1 mitad del siglo V 7. Además de estos do, hornos e encontraron dos cubetas con las pan•dt•:- ntbt>fartada.,, quiza resto de otros dos horno, ', ll) más importante, varias cubt'tas utiliuda,, como los prop10s hor nos, como tt•st.trt' , l on .1bundantes desechos e rámicos producto de la actividad del taller que encuentr,u1 t.•n fase de estud10, he ho poco fre- Se ún lOll\llllicación pen,onal de Inés Centeno. a quien. a:radecemos la observauón y lo dibujos de los hornos. R lll tA 11 • .. • Uf. 605 ··t .. • . ...¡•• ,.., 1F - ., V ... .. .. .., • . ,,. u, UE 11 1 3 • .. " .,.. .. UI' 1112 ... .... Figura 12.4. Hornos 1 (arriba) y 2 (abajo) de La Carrera 11 (Soto de Cerrato, Palencia) (Fotos y dibujos de Arat.Jkos Arqueólogos) cuente en la mayoría de las industrias alfareras conocidas de esta época. TALLERES EN LA PROVINCIA DE SEGOVIA la Mata del Palomar (Nieva) (fig. 12.5). Coordenadas UTM: 380660/4555700 La zona alfarera descubierta en este yacimiento, es hasta la fecha la más exlensa conocida en este periodo, compuesta por un conjunlo de diez hornos (STRA TO, 2013b: 145-14,7), nueve de ellos circulares, excavados en el subslrato gt•ológico, muy rudimentarios, lipo hornera y l'l décimo de corte tardoimperial, todos ellos al pan•ct.•r destina dos a la cocción de cerámica o de MCC, >'ª CJUt' no se han encontrado testares que lo acrediten. Los hornos presentan una disposición lhwal y formando parte del complejo destaca un paramento de esquistos de 20 m de longitud y 0,85 m de anchura correspondiente a un posible cobertizo de trabajo o almacén, que nos recuerda al que hemos visto en el taller de Villa.filar, así como una baña rectangular con muro de tapial de 4.1 5 m. El horno, de corte romano. denominado tructura LVI, es una construcción de planta rectangular en la que en uno de lo, l.atera e conserva en mejor estado p~ute del ,L t ma de soporte, consistente en cuatro pila le, nta a_ con adobes y ladrillos. Fn d lad ) d re h de la cámara se conset'\'a un.t pt.'qut•ñ.1 1,ute d la p.i rrilla, tambit'n dt' ínspit" ilm wmana· la base taba n•alizad.1 um 1.-tdrill i.... '-'uadrad de un 17 cm dt bel() trab,l<lllS l<m m lrtero d al an'ml. sohn l.t '-lllt' sr l llll1l ,l una apa de ado hes. El l unjunto tit'tW unos 20 ·m de grosor. E ta cotll·t•pl ion l onstrnrt i\ ,l ) del espacio d tinado " camurn dl l:ombw,tion · del 1 tema de soporte de la parrilla/carga. tan típica de la época romana. pone de manifiesto, una vez más, la larga perdu· radón de este sistema de fabricación polivalente. 1 1 1 J \ 1 1 1 1n 'i \ 111 '11N I l'i 1 1 11 \ ¡\ I Je < 1i, 1,\ll I u 1¡\ N I I1 1 ,1 l l \ \ i\ lJ 1J',,\ll , IIVi\lf',J'1ll Nl>Rtlf íl Pr IN l lAR M,0 / .. ·, • A, •B {, 11 831 "' ........__ "32 7 Figura 12.5. Horno rectangular de La Mata del Palomar (Nieva, Segovia) (Fotos y dibujo de Strato, S.L.) ya que permite tanto la cocción de MCC como de cerámica de cualquier tipo, aun siglos después de su invención, bien es cierto que ya sin la cuidada calidad técnica de construcción que exhibían los hornos altoimperiales e incluso los de época tardorromana. La datación obtenida por termoluminiscencia sitúa el momento de amortización de este horno, en consonancia con los materiales aparecidos, entre la segunda mitad del siglo VII y la primera mitad del vm d.C. (STRA TO, 20136: 200-202), por lo que se trataría de uno de los ejemplos más modernos constatados en nuestra zona de estudio. TALLERES EN LA PROVINCIA DE MADRID Cerro de San Babilés (Boadilla del Monte) {lnéd,jto). Coordenadas UTM: 424902/4471366 Tenemos noticia de la excavación en 2007, lll el entorno de este cerro, por la empresa Ar- gea Consultores, S.L., de un horno cuadrado de supuesta cronología visigoda. No hemos podido tener confirmación de este extremo, ni mayores detalles sobre las características del horno y su posible producción. Buzanca 2 {Ciempozuelos). Coordenadas UTM: 446421/ 4447394 Un horno circular de 2,5 m de diámetro, de una sola cámara, tipo hornera, pero con cierre de mampostería y posiblemente relacionado con la producción de cerámica ha sido publicado recientemente en este yacimiento (JUAN TOVAR et alíi, 2013: 433). Su semejanza con hornos domésticos de este mismo periodo es apreciable, sin embargo en todos los casos se trata de estructuras claramente asociadas a fondos de cabaña, sin cierre de mampostería y de dimensiones sustancialmente menores como las estudiadas en La Huelga (Barajas, Madrid) (VIGIL-ESCALERA, 350 LlJI~ CA l!I 05 JUAN IOVAR Figura 12.6. Horno cuadrangular del SAU 9 de Griñón (Madrid) (Fotos de Tea Arqueólogos, S.L.) 2012: 173-174), El Pelicano P02 (Arroyomolinos, Madrid) (VIGIL-ESCALERA, 2012: 174-176) o los conjuntos de Gozquez (S. Martín de la Vega, Madrid) (VIGIL-ESCALERA, 2012: 176- 177), todos ellos asociados a posibles tahonas o actividades de naturaleza semejante (VIGIL-ESCALERA, 2012: 178-179). No obstante en nuestra opinión no debería descartarse una posible multifuncionalidad en la que se podría encontrar representada la cocción de cerámica doméstica, para uso de la unidad familiar, del tipo de las elaboradas a mano, sin finalidad comercial, tan conocidas en esta época. Este tipo de estructura rudimentaria, de simplísima construcción, pero muy eficaz para la cocción de cerámicas utilitarias y de uso cotidiano, es una de las primeras concebidas para esta función desde los iniciales balbuceos de la La Cuadrá (Colmenar de Oreja). Coordenadas UTM: 456419/ 4433800 alfarería, hasta nuestros días, por lo que no debe extrañarnos encontrarla durante este periodo histórico, en el que los sistemas de cocción se simplifican y optimizan extraordinariamente. Guarda semejanza con la posible hornera del PAU de Illescas como veremos más adelante. Uno de los hornos más interesantes de este periodo fue exc:avado en 2007 en el SAU n." 9 de Griñón. Desgraciadamente fue afectado por un pozo coetáneo al momento de abandono del horno, que destruyo el praefurnium y parte de la parrilla y cámara de combustión. De respetables Otro horno de corte romano pero de factura menos elaborada fue hallado en este yacimiento y publicado (JUAN TOVAR et alii, 2013: 430431). De forma cuadrada, un tanto irregular. de longitud y anchura similares, entre 1,90 Y 1,Q5 m. presenta un sistema de sustentacion de murete semicirculares tallados en el propio terreno. mo· dalidad novedosa en esta época aunque ya constada en momentos anteriores como ya vimos en uno de los hornos de Las Lagunillas. SAU 9 (Griñon) (flg. 12.6). Coordenadns l/TJ\1: 428376/ 4452122 _ _ _ _i·,~ R l ' i ) ll<l~ l~ IICO~ I ARllOA NTIC,lJOS Y ALJ'OMI llll .VA I I S J:N 11.NO ROI S I l. 1'1.NJNS!J!AR dimensiones ya que tcndna una longitud total ele 4,81 rn por 2,87 m de anchura, con una parrilla maciza de soporte alveolar de más de medio me tro de espesor, de la que se conservan más ele una \'cintcna de perforaciones, pertenece al mismo tipo que el conjunto de hornos cuadrangulares de Prado Viejo (JUAN TOVAR et alíi, 2013: 433 436), resultando el mayor de Lodos ellos. A falta de un estudio en profundidad ele los materiales asociados al mismo ha siclo datado provisionalmente a comienzos del siglo v1 1, lo que permite concretar mejor la dala de este tipo de hornos. No se le ha encontrado ninguna producción ,·inculada, ni níngun otro tipo de estructura de taller. La Recomba (Legmzes). Coordenadas UT,\l: ..J.33667/.J.461394 Los tres hornos descubiertos en este taller, ya objeto de un pnmer estudio (JUAN TOVAR et alii, 2013: 431-432) reunen características singulares, todavía nada frecuentes entre los hornos conocidos de este periodo, aunque si en épocas anteriores. Todos ellos han sido datados, en función de los materiales aparecidos, en el siglo vu d.C. (VIGIL-ESCALERA, 2007b: 273). No se les conoce ningún tipo de producción asociada. Casas de Bahezuela (San Femando de Henares). Coordenadas UTA1: 463280/4475910 Este taller, localizado en Casas de Bahczuela II, sólo cuenta con una escueta noticia (PRESAS et alii, 2009: 356), sobre un horno en la que se destaca su rusticidad. De forma circular, con restos de parrilla muy mal conservados, un praefurnium, al parecer con la cubierta conservada y un fosa de carga de combustible que da acceso al mismo. No se dan dimensiones ni otras características, tampoco se le asocia ningún tipo de producción. De cronología visigoda, sin más precisión. En el cercano Casas de Bahezuela III, se indica Ja existencia de dos hornos de época romana indeterminada para la fabricación de materiales de construcción (PRESAS et alii, 2009: 356), denotando una actividad productiva de larga tradición en esta zona, a] tiempo que se mencionan estructuras relacionadas con actividades índus- _ _ :35l trialcs (fosas para la extracción de materiales Y hornos), sin indicar su funcíonalidad (PRESAS et aLií, 2009: 357). Gózquez de Arriba (San Martín de La Vega). Coordenadas UTM: 449330/4454420 Las estructuras encontradas en este yacimiento madrileño (VIGIL-ESCALERA, 2007: 273) presentan unas características atípicas que hace difícil atribuirles una función específica como productoras de cerámica y que nos impide catalogarlas con certeza como tales, no obstante el escaso conocimiento disponible todavía sobre los hornos de este periodo, aconseja otorgarles al menos el beneficio de la duda, y apuntar algunos elementos de reflexión que pueden servir para otras estructuras semejantes (fig. 12.7). Algunas de sus características estructurales y contextuales presentan semejanzas con las de hornos de este periodo mejor identificados. A su favor tienen que ambos muestran una posible cámara de combustión de tipo circular, a la que se accede por un corredor que haría las veces de praefurnium y zona de carga de combustible en los hornos convencionales, de unas medidas de apenas 1,36 m en el caso de la 6855 y 1,3 m en la 6930, aunque esta al encontrarse más arrasada pudo ofrecer un mayor diámetro en su desarrollo máximo.A su vez existen otros elementos que parecen indicar lo contrario, la ausencia de rubefacción en la posible cámara de combustión y el praefurnium, provocada por las altas temperaturas necesarias para la cocción de la cerámica, es el principal de ellos. Otros indicios también parecen descartar la función productora, por ejemplo la forma de la cámara del horno 6855, mejor conservada, de tipo siliforme globular achatada por la base, resulta poco adecuada como contenedor térmico, ya que acumularía una alta concentración de calor en el fondo, con una zona de salida más estrecha encima, lo que en el mejor de los casos, podría provocar importantes dificultades de control de las temperaturas de cocción a que se sometería a las cerámicas. Conocemos además alguna otra estructura de forma semejante con clara función como silo en el yacimiento de Navamboal (Iscar, Valladolid) (STRA TO, 2013a: 126, fig. 2.56). Queremos apuntar por último algún extremo que podría estar indicando un uso secundario de i o lm A'~ + + 6930 __,...._.,,....__l u m *A Figura 12.7. Hornos 6855 (arriba) y 6930 (abajo) de Gózquaz (San Martin de la Vega, Madrid) (Fotos y d1bu¡os de Alfonso v,g I· Escalera) T -\LLr.RIS' 1{t)R~()S CIR,\~\ICOS 1 -\RJ)OANTlGUOS y Al TOMrnirVAI r:s f.N 1.1. NOROFSr L l'[NINSULAR ambas estructuras, por ejemplo en la 6855 el estrato bS59 que cubre el fondo de la estructura aparece completamente libre de cualquier resto de combustion, cuando esta es la parte del horno donde mas se concentran )' e, idencian los restos de cenizas, aun después de posibles limpiezas del suelo. Sin embargo en el estrato 6858 que se superpone al anterior la presencia de carbones es abundante, as1 como en los estratos superiores, lo que podria estar indicando un uso del posible silo como impro\'isada e tructura de coccion, quizá de ceramicas, mas al modo de una hornera. Idén ticas caracten ticas presenta L'l relleno de la estructura 6930, para la que se puede apuntar un uso similar. En ningún caso cüsten evidencias de desechos cerámicos o de act1\idad alfarera, aunque, como va hemos , isto. esto es frecuente en muchos de Íos horno-. conocido.. Ambo· se a ignan cronológicamente a la f.a~t: I del ,·ac1miento situada en la ·sec:unda mitad dd iglo ~-1 d.C. \ !GIL-ESCALERA, 2007: 266, nota 73). - - Prado Vie¡o (Torrej611 de la Calzada). Coordenadas UTM: 432245/ 4449989 Un centro excepcional por la caracterí ticas de su cuatro horno ) la on en-ación de algunos de ello en el momento de u cxcavad6n (JUA 'TOVAR et a/11, 2013: 33-436), tre de los cuales corre ponden al tipo cu drangular de parrilla maciza ) aporte ah eolar que hemos visto en el de Griñon, pero en e te a o con cámaras de combu llón entre 2,4-0 x 2,25-2,30 en el mayor de ellos)' 1,50 x I.20-1,30 en el menor. El cuarto horno es de naturaleza inédita, hasta la fecha, en la península Ibérica, una e tructura ovalada con soporte de murete laterales y doble praefurnia, de una longitud máxima aproximada cercana a los 3 m y una anchura en el centro de la cámara de combustión de unos 1,80-1,85 m. Tampoco se les conocen producciones asociadas. Ermita de Santiago (Val.demoro). Coordenadas UTM: 444850/4448560 El conjunto de hornos detectados en este yacimiento ya fue objeto de una primera aproximación (JUAN TOVAR et alii, 2013: 432-433). Se trata de tres estructuras observadas en super- _ 353 ficie, en el sector tardoantiguo del yacím iento, pero que no se llegaron a excavar, de las cuales sólo la primera, de tipo ovalado, presenta indicios que podrían adscribirla al periodo que aquí estudiamos. TALLERES EN LA PROVINCIA DE TOLEDO AL NORTE DEL TAJO P.A.U. Alameda del Señorío de Jllescas (Jllescas). Coordenadas UTM: 429177/4444197 Descubierto entre los años 2004 y 2005 durante las obras de apertura de viales para la urbanización del P.A.U. denominado Alameda del Señorío de Illescas, situado al norte del casco urbano de esa localidad toledana en la margen occidental de la autovía A-42, este establecimiento se compone de dos hornos y una posible hornera, además de un serie de estancias asociadas, incluido un testar con descartes de cocción y numerosos pozos seguramente empleados en la extracción de arcillas (FERNÁNDEZ, URBANO, 2005). Estamos pues ante una instalación alfarera compleja y muy completa, con un estado de conservación de los hornos nada desdeñable, sobre todo el n.º 2 (fig. 12.8). El horno n." 1, el más alterado, es de planta rectangular irregular de 3,98 m de largo por 1,:36 m de ancho conservado, con un sistema de soporte de la parrilla singular compuesto por arcos que en lugar de apoyar en muretes laterales, como suele ser habitual y como de hecho ocurre en el horno número 2, arrancan a media altura de las paredes de una cámara de combustión de sección en V, construidos seguramente con un sistema de cimbra o encofrado similar al que se emplearía en los hornos de parrilla maciza de Griñón y Prado Viejo ya vistos. Los restos de arco conservados presentan, además, un curioso despiece de las dovelas de adobe o ladrillo, en el que estas en lugar de colocarse en forma de cuña, con el lado mayor en el interior del arco, se colocan en plano con el lado mayor mirando al exterior, como las varillas de un abanico cuando se despliega. Asociada a este horno apareció una vivienda con zócalo de mampostería y tres cabañas de suelo rehundido, que los excavadores estiman dedicadas a funciones de almacenaje, taller, establo, _ _ _ _ _ _ _ __:_:L~U.:_:: l S__:.C::_:.A:.:,:R::_:L<:..:,:)S.:.,:i~U.:..;A.:...:sl_l_O_V_A_R_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ f - UE'Ja:' _ _ _ - U[:!O<I - UE;zi;M 111'_ セ@ ~ í\ セ]@ •, ;oo, I セ@ / ••, , ~ ,e 1 セ@ .L '1.¡,,.."¡,~ 75'1~ ('r_L/_·~/<X,· , f.Y: '.A,.," セ@ . -,. 1~\ ,_,-- セM@ fa~, セ@ -,t1=- -;--.,._., • ;.. "'y"/ _1/ •• Figura 12.8. Hornos 1 (arriba) y 2 con posible hornera (abajo) del P.A.U. Alameda del Señorío de lllescas (lllescas. Toledo) (fotos Y dibujos de Tea Arqueólogos, S.L.) etc., pero el elemento más importante y novedoso es la presencia de un testar con descartes de cocción, cuyos materiales se encuentran en estudio. Básicamente se trata de cuencos carenados y ollas globulares. La datación por termoluminiscencia para este horno en años B.P. (2005) es de 1465 ± 90 años, es decir 450-630 d.C. (lo que según los autores podría situarle en el siglo v1 d.C.). El horno n.0 2, el que mejor ha sobre\indo, responde sin embargo a una concepcion mas clásica: cuadrado, de unas dimensiones totah~s de 4,48 x 2,04 m, con una altura máxima conservada de 1,49 m y un sistema de soporte de dos muretes laterales o pilae que aguantan sendos arcos y una parrilla de tipo desmontable compuesta por trozos de imbrices y adobes taponando los espacios entre los arcos. La datación por termoluminis- cencia arroja una fecha B.P. (2005) de 1445 + 85 ai10s B.P. (470 650 d.C.), lo que nuevamente lleva a proponer a los autores una datación del siglo v 1 d.C. Este horno pudo haberse utilizado para la coccion de MCC. Junto a él apareció una posible hornera circular con un diámetro de 1,83 m y una profundidad máxima de 0,27 m, con las paredes rubefactadas y el suelo recubierto de fragmentos de teja, de características muy semejantes a las que encontramos en el horno tardoantiguo de Can Roqueta -Sabadell- (s. vi-comienzos del vu d.C.) (TERRATS, 2005: 221-222, fig. 10). En torno al horno 2 se ha documentado un conjunto de 38 pozos excavados con fines que los excaYadores suponen artesanales, para la recogida de arcilla de la que está compuesto el sustrato geológico de la zona, posteriormente rellenados con desechos. Si ambos hornos corresponden a dos unidades de producción coetáneas y pertenecientes a un mismo alfar, o si se adscriben a talleres independientes que pueden trabajar de manera simultánea o separados en el tiempo, es algo que por el momento parece difícil precisar, la separación entre ambas, de unos 110 m no ayuda a dilucidar este extremo, lo único de lo que podemos estar seguros, es de que los dos hornos fueron realizados por dos constructores muy diferentes en su concepción de lo que debe ser una estructura de este tipo. Los dos han sido datados por termoluminiscencia en algún momento del siglo VI d.C., lo que nos informa de la buena calidad de construcción de los hornos en este siglo, al menos en esta zona, a pesar de un cierto grado de improvisación observado en el uso de materiales muy diversos en el horno 2, con hasta siete tipos distintos de componentes, si bien buena parte de ellos pueden corresponder a reparaciones realizadas en el horno con el trascurso del tiempo. Taller de Boadilla (Illescas). Coordenadas UTM: 429400/4443417 Este taller, del que tan sólo conocemos un horno, se encuentra muy próximo a los del P.A.U. Alameda del Señorío de Illescas. La referencia aportada sobre esta estructura es muy escueta, con una sola foto que nos la muestra peor con•mda que el horno 2 del PAU pero de similares características (CATALÁN, ROJAS, 2009). Tam- bién aporto desechos de coc, ón que han permitido datarlo en el siglo v1 a C aunque los excavadores apuntan que su pnnnpal función debió estar relacionada con la fabricación de MCC. De la mtensa tradición alfarera de la zona Y la calidad de las arcillas habla la presencia en el mismo yacimiento de una instalación alfarera de época romana de la que al menos se han detectado varias cubetas y un horno rectangular con el típico soporte de muretes laterales GARRIDO, PERERA, 2010: 21, fig. 11). ÜTROS POSIBLES TALLERES CERÁMICOS Ladera de los Prados (Aguasal, Valladolid). Coordenadas UTM: 360180/4569770 La posible presencia de un taller en este yacimiento, viene dada por los análisis de pastas cerámicas que ponen de manifiesto el origen local de las piezas de época visigoda analizadas (STRA TO, 2013a: 93), no obstante en la zona excavada no se han encontrado indicios de talleres alfareros. TIPOLOGÍA Y CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS DE LOS HORNOS DE ÉPOCA VISIGODA Hasta el momento presente las distintas tipologías creadas, dentro y fuera de España, para la clasificación de los hornos antiguos , medievales, se han basado en dos únicas caracten, ticas: la forma geométrica de la planta , el tipo de soporte de la parrilla, con excepción quizá de la codificación propuesta por Coll y García Porras (2009) que podría ser una buena base para lo· hornos de época medie,al. Ya no hemos referido en otras ocasiones a la debilidad taxonom1ca de este sistema de clasificación y en espt'ci,,l ., su escasa relevancia a efectos tecnológicos. nonologicos y culturales, si no se analizan con mas detalle y se incorporan a la tipología otras c,nacterísticas tanto o más rclt'vanlt's qut• las dos expuestas, y que nos acercan mucho más al modo de hacer de cada lugar, y en definitiva a cada contexto, a sus constructores y a las capacidades técnicas empleadas en ese momento en función del producto a obtener. Así, por ejemplo, son muy significativas las particularidades constructivas del sistema de soporte identificado y los materiales emplea- JS(, --------- dos t'n ,u ('l,1bor,1( i6n. l'I tipo de panilla utilizada r la mat('ria prima usada en ella, la forma Y tipo de construccion del pmc/im1i11111, al igual que la naturaleza de la c.imara· ele cocción de las pie:as cerán11cas ) el modo ) materiales en que fue construida, as1 como su tama110 o capacidad de carga, si bien es cierto que esta parte ele la cstruc tur; de lo· hornos es la que peor se suele conerYar ,. sólo muy raramente llega a encontrarse completa, en particular el sistema ele cierre de la misma, por lo que la inclusión de este último no parece releYante a efectos tipológicos, aunque resulte de enorme valor informati\'o en aquellos en que se llegue consen·ar. Para los hornos tardoantiguos el sistema tradicional se re,·ela además claramente insuficiente ya que aunque la forma de la planta del horno suele responder a las ya conocidas en épocas anteriores, las caractensticas de algunos de los sistemas de soporte de la parrilla empleados, plantean problemas de difícil encaje si se recurre a reducciones simplistas ya que incluso carecen de referentes dentro de las tipologías empleadas en Hispania. As1 por ejemplo vemos que entre los escasos hornos todavía conocidos la disparidad es tan grande que casi encontrarnos un tipo diferente en cada horno, lo que por otra parte no es de extrañar dado el limitado número de ellos encontrado: - Hornos de planta circular u oval, parrilla maciza y sistema alveolar de toberas perimetrales (La Recomba; La Carrera II). - Hornos de planta circular con muretes o pilae laterales, con parrilla desmontable (Lugo). - Hornos de planta circular y pilar central cuadrangular tallado en el substrato geológico (La Recomba). - Hornos de planta circular sin soporte (horneras excavadas monocamerales?) (Buzanca 2, La Mata del Palomar, Gozquez?). - Horneras circulares superficiales con base revestida de MCC (PAU de lllescas). - Hornos de planta cuadrada, con sistema de sustentación combinado de murete-arco y parrilJa desmontable (con praefurnium descentrado) (PAU de Jllescas). - Hornos de planta cuadrangular con soportes laterales tallados en el terreno (La Cuadrá). _ Hornos de planta cuadrangular con ~oportes laterales y parrilla permanente mrJdular (La Mata del Palomar). _ Hornos de planta cuadrangular con sistema de soporte por arcos elevados, que arrancan a media altura de las paredes y parrilla permanente (PAU de Illescas). _ Hornos de planta cuadrangular de parrilla maciza con soporte alveolar (Prado Viejo, Griñon). _ Hornos de planta oval, con soportes laterales y doble praefurnium (?) (Prado Viejo). Resulta pues sorprendente la diversidad formal de los hornos de esta época, y los diferentes métodos constructivos que se emplearon en ellos, siendo particularmente llamativa la técnica empleada en la obra de los hornos de Griñon y Torrejón de la Calzada, que parecen resucitar antiguas técnicas que antes sólo habíamos visto utilizadas muchos siglos atrás, en hornos cuadrangulares tardorrepublicanos prácticamente circunscritos al noreste mediterráneo de la península: parrillas macizas de gran espesor, construidas mediante un soporte tipo cimbra o encofrado, y horadadas en fresco mediante estacas para obtener las toberas, parrillas que se consolidan con una gran cocción inicial en vacío, dando aspecto de un sistema alveolar arquitrabado tipo panal (JUAN TOVAR, BERMÚDEZ, 1989), método que también vemos empleado en hornos circulares de menores dimensiones como los de La Recomba o La Carrera II. La impresión obtenida de los hornos de este periodo es que se trata, en general, de construcciones de tamaño más reducido que las conocidas en época tardorromana o altoimperial. aunque los datos manejados sean todavía muy parciales, y dependan del tipo de producción a que se dedicaba cada horno, por no hablar del uso que se fuera a dar a esa producción; pues no son equivalentes el horno dl'dicado a proveer el material para la construcción de una gran dllae del siglo 1v, que el empleado para atender las necesidades de una aldea del s. v 1. E incluso de las zonas, como en el caso lucense, por ejemplo, donde la abundancia de esquistos y su empleo recurrente en la edificación, también en los hornos cerámicos, reduce las necesidades de abastecimiento de MCC y por tanto el número y características de estos. -- TAI II RE~YHOIPJOSCfHÁMICO'iTAl{fX)A f'sl.t I C'dUlci6n de las di rncnsioncs m,•<lias llúUOSYAITOM í>f e"' los ho1 nos y la aparente simplic.:iclacl el(• alguno~ de los .<,Ístemas de cocc.:ión empicados, c.:on el us<, frecuenll' de horneras por ejemplo, no clf'be lle- \ar a la c.:onclusión de que exista una clegraclac.ión 0 una falla de recursos técnicos para afrontar la actindad ceramista, por comparación con épocas pasadas, sino un mejor adaptación a las necesidades especificas de cada contexto y producción, menos sofisticadas, pero también menos estereotipadas y más proporcwnadas a los fines que se quieren obtener. En el breve mosaico de ejemplos recogidos, podemos apreciar una enorme variedad de sistemas empleados, soluciones técnicas ingeniosas e incluso novedosas como los hornos de doble praefurmia o los arcos de dovelas en plano. LOS TALLERES CERÁMICOS Ei LA ALTA EDAD MEDIA (SIGLOS VIII-X) Si para los periodos precedentes la ausencia de información es enorme, para los siglos vm al x, el vacío es absoluto (fig. 12.9). Durante estos siglos complejos en los que buena parte del territorio conoce tanto producciones de tipo andalusí, unas veces importadas y otras no, como cerámicas cristianas, apenas se cuenta con testimonios arqueológicos que nos hablen de posibles talleres, ya sea de una u otra tradición. En el valle del Duero diversos trabajos sobre las cerámicas andalusíes (ZOZA YA, RETUERCE: 1986; RETUERCE, 1995; ZOZAYA et alii, 2012) sugieren que entre las diversas importaciones procedentes de zonas meridionales, pueden encontrarse producciones locales, caso de León y Zamora (ZOZAYA et alíi, 2012: 227). En el territorio cercano a la capital leonesa, por ejemplo, la presencia de ciertas series cerámicas tanto de tipo andalusí como cristiano ponen de manifiesto la existencia de talleres locales bien en la propia ciudad o en sus alrededores: Naua dt' Olleiros, con referencias escritas desde comienzos del siglo XI y Navatejera de tradición romana anterior que perdura hasta la actualidad, son buenos ejemplos por confirmar (GUTIERREZ, MIGUEL, 2009: 458), hecho que vemos señalado en AI F otros puntos de la Meseta como Cea Saha un Saldana y Alto Campoo (Gl,'TIERREZ UG EL. 2009: ,¡.j<J). f-.n rcc:íentcs traba1os monográficos obre la cerámica medieval en otro territorio d l norte del cuadrante, como e el caso del Pa Vasco (SOLAU ·, 200'>: 307-3 9 únacam nte se puede presumir la ex1stenc1a de da tinto upos de centros de producción bas ndo e en lo análisis arqueométrkos de las cerámicas, o por la presencia de algún testar como el del taller de Rivabellosa (Alava), pero sin que e havan podido localizar sus estructuras de produccaon, o por la toponimia como es el caso de la aldea alavesa de Olleros, de localización impreci a. En trabajos algo más recientes dentro del ambito geográfico vasco (AMO. DARAl1 • et alu, 2009-2010) ceñidos al territorio guipuzcoano, se sígue sin contar con la presencia física de talleres con hornos. El panorama es semejante o aun peor en otra zonas del cuadrante. En toda la cornisa cantabrica, Galicia y Portugal donde ya se conocen algunos hornos bajomedievales (MARTÍ EZ, 2013), las industrias del alto medievo siguen e -tando por detectar, y similar panorama encontramos en el resto de los territorios de esta vasta zona. Todo ello a pesar de que en luga.re proximos contamos con diversos e¡emplos . . orno es el caso de Zaragoza (MOST ALAC, l Q9l \ erida., con hornos emirales mu) semejantes ..i セL@ • rnos circulares tardíos de Lugo f CH:-\_\ L.: E CASTRO, 2007: 54, fig. 5) y restos dt> un h rn cuadrangular que recuerda al horno l de l .h .1 gunillas o al de Carrate1era tCHA.;\ l.~1... F ·\ · TRO, 2007: 72, fig. 23). Por ultnrn:. en l"t. kdo ..il sur del Tajo, casi en la zo1u dt' c>stu 11.). st セ@ ue e ver otro buen ejemplo t'n d ) ,ll imientl) dt· H r nán Páez, un e. tabkc1mwnto nu,,l n el hintt r land tolt'dano datado t'n t'l sigl1.> , m ) mienzos dt'l 1x c.l.C.. qut' cm'nt,, con un hllrno uadrangular con b parrilla sustent,,d.1 p )r uatro pilan•s t''.\l'llh)s, soportt' dt• un,1 s llera dt grandes ladrillos, qm• adt•m,1s apo an.rn t'l\ salientes aloj,1dos t'n pt•qttt'Íll)s nw hin,1les, situa los en las paredt•s frenlt' .1 <.ada uno d' los pilares (VICE TE, IH )J S, 2009: '297 2l)8, lám. 3) un sistema de sustentación apenas conoddo en esta época. 1 l IS< ARIOS JUAN' !OVAR _ Lucus Augusti • Villafilar • La Carrera 11 Á Á Las Lagunillas CaaH de Bahezuela 11 San Babiléa • Á Ladera de los Prados.., La Recomba ... ... • Carratejera La Mata del Palomar Loranca-EI Bailuelo • SAU9 P do Viejo セ@ de Sta. Juana Alameda del Sellorio de lllescas Gózquez Ermita de Santiago • ... Buzanca2 Boadilla Á La Cuadrj O 30 60 120 180 240 ~.:...::a----=====---Kms Figura 12.9. Centros alfareros del siglo v (círculos) y de los siglos v1 al v111 (triángulos), en el cuadrante noroeste peninsular (diseño de Carlos Tejerizo) PRIMERAS CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS DE FUTURO Ciertamente si existe una época oscura en el estudio de la cerámica histórica y en particular en la de sus medios de producción esa son los siglos altomedievales, y más en concreto entre los siglos vrn al x. Lo aquí expuesto no es más que un esbozo de conclusiones muy preliminares, dada la insuficiente información disponible para un periodo y un territorio tan vastos, que com plementa las realizadas en los difercnt('s apartados. Apenas veinte centros de producción, casi todos en el medio rural y poco más d" s1•is dl•n•nas de hornos, la gran mayoría sin Pstudiar y mal conservados, no constituyen un saldo prl•c·isamentc satisfactorio pata lk•gar a conclusiones firmes acerca de ningún aspecto de la actividad alfarera a lo largo de seis siglos, t.•so sí, al mt•nos Sl' puede decir que las perspectivas de futuro son inmejorables: todo está por descubrir y estudiar, y todas las preguntas posibles están sin respue. ta. Las únicas conclusiones admisibles y muy matizadas por la escasez de estudios aprowch.1bles, cabría hacerlas de los hornos corre~pondientes a los siglos v al vn o comienws dd vm. en los que se percibe una fuerte perduración de la tradición clásica en su concepcion y t'jt•cunon, hasta el punto dt' descubrir modos constrncti\()S como el de las parrillas m,wi,.as dl' gran espl'sor ) sustentación aln'olar. qut' lTl't,unos ab.rndon,1dos por la aparidon dt• l,1s parrill,1s modul,tn.'s o des· montablt's, mús ligt'ras y fu1Kionall•s, plenamente gt•neralizadas duranlt' toda la t'poca imperial, Y qlll' ¡wrdurarnn duranll' la Ita Edad Media. La ronwntada n·duccit'm dt• tamaüo de muchos de los hornos s6lo c,1bt• t•ntt·nderla como una adernación a las tll'et'sidadt•s de cada momento y lu- TALLERLS y HORxo, CERA \ \JCO:, TARDO A. mGt: os y gar, )'a que en general. y a1Yo excepciones, la pericia técnica de los constructore no tiene nada que emidiar a la de epocas pasadas, pues seguimos obser.-ando una notable e pecializacion de lo~ hornos en función del producto a cocer. La existencia de importantes instalaciones auxiliares tanto en talleres del siglo v (\ 'illafilar) como de siglos posteriores (La ~lata del Palomar, PAU de Illescas I mdica no solo un cierto grado de organizacion de la produccion, sino también una muy posible proyección comercial, quizá incluso de ámbito regional, que habra que estudiar detenidamente en el futuro. . To debernos oh·idar que los hornos cerámicos constituyen un excelente medidor de la capacidad técnica \. socioeconómica de un pueblo y el medio indispensable para obtener un producto manufacturado imprescindible en la Yida cotidiana de las sociedades preindustriales. AGRADECI~1IENTOS Mi más sincero agradecimiento por la gran colaboración prestada, al Dr. Alfonso Vigil-Escalera de la Universidad del País Vasco, a Inés Centeno y Ángel Palomino de Aratikos Arqueólogos, S.L., a Strato, Gabinete de Estudios sobre Patrimonio Histórico y Arqueológico, y en particular a Francisco Sanz, a Francisco Fernández y Amparo Urbano de Tea Arqueólogos, S.L., a Carlos T ejerizo de la Universidad del Pais Vasco, a Juan Sanguino y Pilar Oñate de Gabark 2013, S.L., al Dr. Avelino Gutiérrez de la Universidad de Oviedo, a Roberto Bartolomé, de Engobe Arqueología, S.L.U. y a Enrique González Fernández, arqueólogo municipal de Lugo; sin la generosa y paciente contribución de todos ellos este trabajo hubiera sido mucho más incompleto. BIBUOGRAFfA Al.CORTA IRASTORZA E. J., 2001, Lucus Au,-ti. JI: 1A cerámica común romana de cocina 1 w lui.lúuJa en las excavaciones de la ciu"'111. 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